Las horas transcurrían
lentamente, la inquietud de este asunto provocaron cierto pavor en Violeta. Unas
horas antes dos agentes de la policía se presentaron en su domicilio, deseaban
interrogarla sobre un hecho reciente relacionado con Silvio. Se encontraba sin saber por qué en
una comisaría de Madrid desamparada, sin comprender las razones que la habían
llevado hasta allí. Una vez allí, la dejaron en un despacho hasta nueva orden. No
dejaba de pensar en lo ocurrido; las manos temblorosas y un sudor frio se
apodero de ella. Sentía un miedo angustioso por la noticia recibida; habían
arrestado al hombre amado. ¿Que podía haber pasado? Silvio era el hombre que
había transformado su vida. A su lado era un hombre lleno de vida, de
entusiasmo y tan cariñoso con ella; dándole lo que necesitaba ¿El Amor y la seguridad?
A su lado el mundo le pareció el mismísimo cielo. Pronto apareció el inspector;
un hombre en la edad madura y con una mirada que helaba el alma;cuestionándola
durante horas sobre su relación con Silvio Araf. Violeta le conto lo poco que
sabia; eran novios desde no hacía mucho tiempo. Ella ignoraba bastantes cosas
sobre su vida privada. Tampoco le importo mucho; simplemente con amarlo le
bastaba. Lo que ocurría le pareció surrealista; seguro que era una equivocación.
El inspector se fue dejándola en el despacho en el más absoluto desconcierto. Recordaba;
mientras bebía a pequeños sorbos el café que le ofreció uno de los policías.Como olvidar aquel encuentro casual con Silvio. Ese día se disponía coger un vuelo
desde Madrid hacia Italia. Tropezó de pronto con él al bajar las escaleras
mecánicas. Muy cortés le ayudo con la maleta, su bolso cayó al suelo y juntos
recogieron las llaves del coche riéndose. Le dio la cartera junto a la documentación y cuatro cosas
más, ¿cosas de mujeres? Él la invito a tomar un café antes de tomar el vuelo. Ella
se excusó para ir un momento al
servicio, se lavo las manos y se recogió
la melena en una coleta, pareciendo más joven: al mismo tiempo se dio un toque
de perfume chanel 5. Al volver la observo con una sonrisa franca en su rostro. Se
encontraba de pies en la barra y parecía aun más alto. Era un hombre apuesto, moreno, con pantalones vaqueros y una camisa
blanca que, resaltaba su piel tostada. El pelo algo ondulado y unos dientes
blancos perfectos. Llevaba un maletín negro y una americana en el brazo. Madrid se encontraba en una reciente
primavera, pero el calor empezaba con fuerza. Al recoger lo que se esparció en
el suelo: Violeta no pudo impedir de respirar su perfume y unos ojos negros la
escrutaban interrogando. Ella quedo prendida de su mirar y con rubor aparto la
vista del. Hacía varios años que se encontraba separada, prometiéndose a sí
misma de no volver a enamorarse. Sin hijos; ella viajaba siempre que su trabajo
lo permitiese. Violeta era una mujer atractiva, alta y delgada con mucho gusto a la hora de escoger para vestirse; siempre al tanto de la moda. En su trabajo como secretaria en una
empresa de telefonía móvil, los hombres la admiraban; no dejaba a ningún hombre
indiferente a su paso.Su mirada clara expresaba la sinceridad de su alma. Ese
día adopto vaqueros y una blusa roja y blanca que, resaltaba su tez blanca. Un
collar de plata en el cuello, los pendientes y un anillo a juego. El pelo suelto bien peinado; con una melena
rubia estaba exuberante de belleza. Justamente
era el puente de primero de mayo, iba a disfrutar de unos días en Roma. Roma la
ciudad eterna; siempre le fascino la ciudad y a cada vez que iba a visitarla
paseaba con tiempo por una parte diferente de la ciudad. Quería conocer a fondo
cada rincón histórico de Roma. Había tantos siglos de historia en esa gran
ciudad. Tantas cosas secretas encerraban esta ciudad mágica ¿Qué casualidad?
Silvio, de origen italiano iba igualmente a Roma en el mismo vuelo. Ella denoto un acento
desconocido al instante; ya que ella hablaba perfectamente el idioma. Él le
explicó con una sonrisa ser de origen italiano por parte de la madre, egipcio por
parte del padre. El se expatrio a Roma
por trabajo según él.Se educo en Alejandría; ella lo escuchaba embelesada
hablando de sus raíces, de su ciudad natal. Violeta soñaba con esos países
árabes que desconocía. Había leido tanto sobre todo Egipto y Petra en Jordania,
sus lugares preferidos. Con el tiempo iría a visitarlos. Se sentía atraída por
las civilizaciones antiguas, coleccionaba los objetos de los países visitados.
Silvio le comento encontrarse en Madrid por cuestiones del trabajo; viniendo a
menudo a la ciudad. Trabajaba para una empresa de importaciones y de
exportaciones. Subieron al avión; Violeta miraba a menudo la parte de atrás
allá donde él se encontraba sonriéndole. Sentía inconscientemente que él la
observaba desde la parte de atrás; eso la perturbo agradablemente. Después de
poco más de dos horas llegaron a Roma; una vez pasado el control la interpelo
ofreciéndose a ser su acompañante durante su estancia. Silvio disponía
igualmente del puente de mayo celebrado igualmente en Italia.Pasaron unos días
juntos idilicos; pero en todo momento se comporto correcto,
una persona atenta, en definitiva todo un cicerón. Fueron cada noche a cenar
por lo más típico de la ciudad. Después de haber pasado el día de allí para acá
y comiendo un bocadillo para no perderse nada. Paseando al anochecer cogidos de
la mano por la ciudad hasta el hotel donde ella residía en pleno centro; cerca
de “La Fontana de Trevi”. Un beso tierno de despedida, hasta el día siguiente
que volverían a verse de nuevo. Se citaban al amanecer para desayunar juntos;
cada día le ofrecía una rosa roja. Pero se acabaron los días libres de Violeta
en Roma. Fueron unos días llenos de magia; hacía tiempo que no disfrutaba tanto
de la compañía de un hombre. Temía volver de nuevo a Madrid y no saber nunca más
de Silvio. Para su mayor alegría Intercambiaron teléfonos, incluso los e-mails.
Ella retomo el vuelo con tristeza; Silvio la acompaño hasta el aeropuerto y
allí la beso con pasión. Llego al aeropuerto de Madrid interrogándose ¿acaso
llegaba enamorada? No podía ser, apenas lo conocía. Pensaba; podía sentir
todavía el calor de sus manos cuando cogía las suyas. Esas manos grandes,
fuertes y seguras. Una mujer a su lado puede sentirse arropada y tranquila. De
revivirlo, aquello la estremeció más de lo que ella deseaba admitir. Pasaban
horas hablándose por teléfono, incluso el confeso estar muy enamorado de ella.
Unos meses después del encuentro; Silvio la llamo por teléfono. Volvía a Madrid
de nuevo por cuestiones de su trabajo. Violeta sin dudarlo fue a buscarlo a la
hora indicada al aeropuerto. Estaba impaciente y apenas pudo almorzar algo, con
un nudo en el estomago interrogándose como reacionaria ella en ese reencuentro. Al verlo
instintivamente se hecho en sus brazos, besándose con pasión durante largo
rato. En ese viaje se afianzo su amor, ese amor compartido, en el que ella
nunca imagino estar tan enamorada. Hicieron planos para el futuro durante
aquella estancia y, otras posteriores más en Madrid. Ella estaba dispuesta en dejar Madrid para instalarse
cerca del en Roma. Vivirían de momento en el hermoso ático donde dominabas la
bella ciudad,cerca de “La Plaza San
Pedro” Ya, no quedaba la menor duda estaba enamorada y dispuesta a seguirle
donde fuera. De repente el comisario la llama saliendo de sus pensamientos. La
interrogaron durante varias horas más: Violeta no comprendía nada de lo que el
comisario le hablaba. Parece ser que Silvio era un traficante de armas
internacional.No podía ser, Silvio no es lo que ustedes dicen, se están equivocando.Le mostraron varias fotos con ciertas personas poco recomendables, conocidas
por la policía como delincuentes duros. A
raíz de esto su vida desfilo a ritmo lento, como si se desvaneciera su alma. No quería escuchar nada más sobre Silvio, una
vez comprobado que ella nada tenía ver y que en realidad era una víctima de un
hombre sin escrúpulos, un agente le
acompaño hasta su casa. Adiós a todos sus sueños en común, desvaneciéndose sus
ilusiones y su vida al mismo tiempo ¿Cómo podía haberle engañado de esa manera?
Estaba agotada del interrogatorio al que estuvo sometia; atónita de esta increíble historia
desencantada del engaño. Nada más llegar a casa se metió en la ducha para calmarse y aclarar su mente; se calentó
un vaso de leche y se metió en la cama exhausta.Esa noche no habia forma de conciliar
el sueño; efectivamente nada sabía sobre su pasado, no conocía a su familia.
¿Quién era realmente?, casi ya de madrugada se quedo dormida del cansancio. A
la mañana siguiente llamo a la empresa diciendo que se encontraba indispuesta.
Pasaron varias semanas; Violeta iba a trabajar como un autómata en silencio,
lívida, ojerosa. Sus compañeros le preguntaron qué le ocurría con ese cambio de
comportamiento. Solo se lo conto a Rosa,
su mejor amiga y pidiéndole de guardar el secreto. Durante algunas semanas le
daba igual todo; hasta que una mañana decidió tomar su destino en sus manos y
olvidarlo. Pasaron varios meses de aquel trágico momento. Un día llego a casa
tarde por compromiso de trabajo; un mensaje en el buzón de voz del teléfono la
saco de su asombro.¿Era imposible se habrían equivocado?;pero esa voz… demasiadas
veces la había escuchado ¿Era la voz Silvio? Lo escucho una y otra vez; pidiéndole por favor si podía hablar con ella
dándole cita a las seis de la tarde en
el parque del retiro de Madrid. Era muy importante que fuese a esa cita;
advirtió a su mejor amiga que la siguiera de cerca para vigilar el asunto y fue
hasta allí con mucha inquietud. Efectivamente a lo lejos en el palacio de
cristal, divisaba con catalejos la silueta de Silvio, estaba más delgado; algo
encorvado y desaliñado. El corazón se acelero, las piernas temblaban y sus
manos sudaban. Hubo un momento de duda, no, no
se encontraría de nuevo para sufrir. Pero su instinto fue más fuerte;
dirigió sus pasos lentamente hacia donde Silvio se encontraba. Antes, Violeta por
precaución se puso un foulard en el pelo y unas gafas oscuras para disimular
sus ojeras, ¿estaba aterrada? y al mismo tiempo intrigada. Se acerco
cautelosamente hacia él. Cuando alcanzo el Palacio de Cristal lo llamo
tímidamente. Al verla sonrió tendiéndole
los brazos. Ella no cedió al impulso; Silvio entonces le comento si había leído las
noticias del día. Hacía meses que no leía nada, no le interesaba lo que sucedía
en el mundo y que se encontraba cansada. ¿Qué quieres? Pregunto Violeta. Entonces
dándole el periódico le dijo que por favor lo leyera. En el periódico salía una
foto de Silvio, pero más abajo constato que el nombre no era el mismo. Silvio
asintió con la cabeza; la policía lo confundió metiéndolo en la cárcel por
equivocación. Violeta se quedo sin palabras y perpleja…Resulto que tenía un hermano gemelo,
del cual Silvio se desvinculo hacia años con lo que hacía y, era ese hermano el
que realmente traficaba con armas. Pero no obstante Silvio nunca traiciono a su
hermano. Días atrás en Madrid hubo un ajuste de cuentas entre traficantes de
armas y drogas, resultando herido su hermano gemelo. La policía dándose cuenta
de su gran error pidiéndole disculpa lo soltaron y, lo primero que hizo fue
dejarle el mensaje en el teléfono sin convencimiento de que ella aceptase este
encuentro. No se atrevió acercarse a casa de ella por si ella lo rechazaba no
abriéndole la puerta y, reusando escucharlo. Después de leer atentamente todo
el relato del periódico, Violeta se derrumbo entre lágrimas en sus brazos pidiéndole
perdón. Se besaron con pasión; la pesadilla había acabado; ¿por fin recupero a
su Silvio amado? Se cogieron de la mano perdiéndose en la ciudad como dos
enamorados.
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