Voy
a dar paso al siguiente relato. Esta vez va dedicado a mi gran amiga Pilar. A lo largo de la vida
conoces mucha gente, unos te llaman por teléfono para saludarte; para luego
descubrir que por detrás van criticándote. Pero las verdaderas amigas las cuentas
con los dedos de una sola mano, y seguro que te sobran dedos todavía. Fue
curioso nuestro encuentro. Aunque siempre se dice que no existen las
casualidades y, que todo está predestinado. ¿Qué razón tenía el dicho? ¡Llegaba
desde Francia en el tren que conducía hasta nuestra ciudad de Donostia! Una
señora se sienta frente a mí. Pensé nada más verla lo guapa y elegante que era,
muy bien peinada ella. ¡Era una bella
rosa en la madurez y en todo su
esplendor! Era alta y menudita, pero me sorprendió su mirada algo melancólica,
por lo demás ¿Vamos lo que se dice toda una señora? Me cuenta lo bien que se lo
había pasado durante unas recientes vacaciones en el mar Mediterráneo; exactamente en un pueblo llamado
Peñiscola. Al escuchar el lugar me intrigó: ¿Qué casualidad? justamente mi sobrina
acababa de llegar de aquel lugar no hacía muchos días Yo, la sigo escuchando atentamente comentándome lo ilusionada
y feliz que estaba con esas primeras vacaciones que hizo junto a Coordinadora de Discapacitados físicos
de nuestra Provincia. Pero una vez terminado su relato, ¿le pregunto si allí
conoció a una tal <<Rosalia>>? ella me dijo ¿claro que la conozco trabaja
en Coordinadora? Cuando de pronto sonriendo le digo que <<Rosalia>>
es mi sobrina, y que una servidora trabaja en Coordinadora también. Ella quedo
sorprendida ¿Cómo… que es tu sobrina?, me dice y soltamos una carcajada a la
vez. Le conteste que personalmente conocía a gran parte de las personas que
fueron al viaje, nombrando a cada uno que conocía, ella estaba feliz de oírme.
El destino estaba ahí de nuevo:
cruzándome con una persona que ahora es una de mis mejores amigas y, por medio
de esta sobrina. Ella se sintió de golpe con más confianza y la conversación se
hizo más fluida. Fue entonces cuando ella me conto que acababa de separarse,
igualmente que yo. Comprobando de que nuestras vidas fueron paralelas en todos
los sentidos. Nuestros ex maridos por desgracia eran alcohólicos,
infligiéndonos malos tratos sicológicos con sus comportamientos, y nuestros
hijos quedaron con traumas de aquellas vivencias. Aquello me pareció tan
insólito, como dos personas que no se conocían habíamos aguantado semejante
trauma, habíamos vivido lo mismo en diferentes lugares y con la misma inquietud:
preguntándonos ¿Cómo llego a tal extremo nuestra situación matrimonial?, y nada
pudimos hacer para que cambiasen de
actitud, a pesar de nuestro empeño en que comprendiesen nuestro dolor ¿Qué
había pasado en nuestras vidas? nuestras vidas tiradas por la borda sin
comprender porque la vida nos castigo de tal manera. Nuestros mejores años
pasados en estas condiciones, evidentemente nuestra salud se resintió. Las dos
habíamos vivido este trauma con impotencia, aguantando por los hijos. Mucho
habíamos sufrido las dos en la posguerra, miseria, hambruna. Trabajando muy
jóvenes de asistentas para subsistir. Abandonando nuestro pueblo e instalándonos
en otro sin conocer a casi nadie, por un miserable sueldo y sin apenas
descanso. Las dos fuimos totalmente inocentes y vulnerables; así nos toco pasar
lo que menos esperábamos, es decir una vida digna. Las dos fuimos sumisas y
calladas, por respeto, por los hijos, ¿por el que dirán?, pasando nuestra
juventud en una vorágine e incapaces de hacer frente a lo que nos había tocado.
En aquella época era el hombre quien dominaba la situación, pero la gota del
vaso un día desbordo, y ahí nos encontrábamos las dos en el tren contándonos
nuestra paralela historia. A mí me daba la impresión como si nos conociéramos de toda la vida, achacando
lo rápido y fugaz que fue este encuentro. Hubiésemos deseado que durase más
tiempo, cada una se fue por su camino. Tantas cosas en común, ¿increíble de
verdad? Las dos somos madres de tres hijos y con nietos, a los cuales adoramos, ¿hasta en eso imaginasen? llegando
a pensar que había encontrado a mi alma
gemela en esta selecta amiga. Llegamos a nuestro destino y nos dijimos adiós
encantadas de conocernos. En esos momentos no pensé por discreción en pedirle
su teléfono y cuando llegue a casa no paraba de pensar en ella: en nuestras
vivencias tan parecidas. Cuando unos días después mi sobrina me llama por
teléfono invitándome; celebraban una comida los que habían viajado a Peñiscola.
¡Sorpresa! ante mí se encontraba Pilar la señora del tren. Nos abrazamos
efusivamente riéndonos y, contando la anécdota a los demás de nuestro casual
encuentro en el tren. A raíz de ello nos hicimos muy amigas, coincidiendo en comidas,
viajes con Coordinadora, viajes culturales, sentándonos siempre cerca la una de
la otra y seguir hablando del día a día de cada una. Poco tiempo después nos
hicimos socias en la asociación de enfermedades reumáticas, la cual mi sobrina<<
Rosalia>> era la presidenta. Nuestro entorno de amigos eran los mismos, aquellos
en los cuales que ella había pasado sus felices vacaciones. La verdad que hemos
pasado momentos muy agradables todos reunidos. Haciendo excursiones con la
asociación cerca de nuestro entorno ¿pero cuanto lo disfrutamos? Después empezamos
a salir de vez en cuando los domingos; no tantos como ella quisiera. Tenía que
cuidar de los nietos, su hija vendedora en una bombonería y había domingos que
ella trabajaba. Ella en esos momentos llevaba mal la situación de separación.
Su ex marido se fue a vivir al otro extremo del país, pero viniendo de vez en
cuando, hiendo a su casa. No podía con tal situación, pero cedía por ser el
padre de sus hijos. Hasta que un día finalmente no volvió más, quizás esperaba
una reconciliación. Pues como ella, curiosamente mi ex marido esperaba lo
mismo: pero una persona que se ha comportado
de tal manera nunca cambian. Curioso como dos desconocidas tenían tantas cosas
en común.Nos desahogábamos de nuestros problemas;eran nuestros secretos, ayudándonos,apoyándonos moralmente la una hacia la otra. Estamos muy compenetradas, a pesar
que nos vemos poco. ¡Pero a cada
encuentro brilla la alegría al encontrarnos de nuevo! Es una excelente y
estupenda amiga, discreta, cariñosa, dispuesta a echarte una mano si fuese
necesario. Siempre habla en el mismo tono: nunca una mala palabra, ni se mete
con nadie. Unas veces viene a casa, otras voy junto a mí otra amiga a verla;
comiendo juntas en una casa u otra pasando una estupenda velada. ¿Somos
como los tres mosqueteros?, y yo la
quiero muchísimo. Dando gracias a la vida por este casual encuentro. ¡Hoy mi
relato va dedicado a Pilar! mujer hermosa, muchísimo más por dentro. Una amiga
entrañable, sincera hasta el final. ¡Sabes Pilar! siempre estarás en mis
pensamientos y a pesar de no vernos mucho, una llamada telefónica y al oír tu voz al otro lado alegra mi alma. En
estos momentos con problemas de salud, animándola como puedo, siempre con una
sonrisa ella lo agradece. ¡Gracias
Pilar! por esa amistad compartida, por los buenos momentos que pasamos juntas,
por tu comprensión. Te puedo decir que no hace falta que te lo diga, estaré ahí
cuando me necesites ¿Sabes nunca fui muy expresiva? ¿Pero hoy en este relato deseaba decirte cuanto te
quiero?
Yo a Pilar la conozco poco , pero me resulta muy simpatica y muy agradable.
ResponderEliminarGracias Milagros Idigoras. Disculpa que no te haya contestado antes, me encontraba de vacaciones y justo acabo de llegar. No lo dudes es una maravillosa persona mi amiga Pilar.
ResponderEliminarUn abrazo