lunes, 28 de enero de 2013

TRASTADAS DE MIS HIJOS I PARTE....

 MIS TRES HIJOS
 


Este fin de semana vino mi segundo hijo a visitarme. Se percato de una foto, donde estaba junto a sus otros dos hermanos y sonrió; una sonrisa clara y amplia. Recordamos juntos mil anécdotas en la hermosa campiña donde nacieron. Me decía ¡mamá esa época la veo de hermosos colores! Y eso que nuestra vida fue complicada, debido al comportamiento de mi ex marido. ¡Mamá me gustaría tanto volver de nuevo! Mi hijo se encuentra en fase a un traumático divorcio y, esa foto hizo que le cambiaria el” chips” recordando su infancia. Se fue a medianoche, nos reímos tanto recordando aquellos años; al mismo tiempo nos hizo tanto bien estar reunidos. Cuando se fue, no podía conciliar el sueño; entre los recuerdos y el café el sueño lo perturbó. Recordaba una y otra vez tal como si fuese ayer el nacimiento de cada uno de ellos. Mi alegría, mi vida; ¡en definitiva todo! El mayor de los tres varones nació en primavera, fue un regalo maravilloso, llegando casi en el día de mi cumpleaños, día 24 y una servidora del 28 de marzo. Cuando la primera vez me di cuenta que se movía en mi regazo, no puedo describir tal emoción. Lo mismo con los otros dos hermanos. Fue un niño muy dulce, sonriente y, crecía sano y robusto. Al nacer su segundo hermano, empezó con crisis tremendas de asma. Lo achacamos a los celos, para descubrir tiempo después que era debido a la gran ansiedad que padecía. Su carácter fue cambiando, se volvió introvertido; sufriendo por no ser como los demás niños, nada de jugar al futbol u, otro deporte y empezó a infravalorarse. Por tanto era un niño muy inteligente, sus notas escolares eran estupendas: pero con las crisis de asma  se dio cuenta que no era como los demás. Eso no impidió de hacerme alguna trastada que otra. Él era la cabeza pensante, los otros dos hijos cumplían sus ideas a la letra y, no siempre eran buenas. ¿Bueno, seamos justos?, pues al igual que muchos otros niños. En realidad fue un niño problemático hasta pasada la adolescencia. El segundo era una fuerza de la naturaleza, a cambio los estudios no era lo suyo y, más de un quebradero de cabeza me dio. El quería trabajar y ganar dinero, mucho me costó hacerle entender que, había que estudiar para eso. Tenía un carácter muy fuerte, pero un corazón de oro. ¡Su mundo el futbol!  junto a su hermano pequeño jugaba al balón en el jardín, el balón a veces destrozaba las hortalizas y, su padre se enfadaba muchísimo. En el pueblo finalmente se construyo un estadio y fueron de los primeros en apuntarse; era excelente, al igual que su hermano pequeño. Esto hacia que el mayor se sintiera fatal, fue entonces cuando le compre una bicicleta que hizo su felicidad. Aprendió a nadar como un pez en la piscina cercana a nuestro pueblo.¡El tercero, era un niño hiperactivo! ya en mi regazo no paraba nunca. Riendo decía, será futbolista y cuando empezó a gatear no paraba quieto, eso sí, los eduque a no levantarse de la mesa hasta que les diera el permiso. Creo, haberle inculcado a los tres los buenos principios,buenos valores al igual que a mí me inculcaron. Mi suegro se le caía la baba con ellos, íbamos a menudo a comer los domingos y nunca se levantaban de la mesa hasta el final. Mi suegro les decía a los otros hijos que, tomasen ejemplo. Fueron niños muy educados, dando las gracias constantemente. También debo de reconocer, tenían grandes inquietudes, en el hogar las cosas iban de mal en peor. Pero si que disfrutaron de su infancia en el campo, donde no había peligro por ser un pueblo pequeño y, vivir en una urbanización lejos de la carretera principal ¡Pero Dios! Este tercer hijo era increíble: hoy sonrío de ello, de sus travesuras. Cuando hizo la comunión se metió a monaguillo, ¿viendo negocio en el asunto? Con las propinas de las bodas, los bautizos compraba sus caprichos. Un verano se caso  el hijo del alcalde sacándose  una buena propina, debo de reconocer que era súper gracioso y atento con todos, y todo el pueblo lo conocía. El cura al ver lo que le dieron le exigió  la mitad y, según él, era para los pobres. En el pueblo al cura lo llamaban “gilito” es decir como el tío tacaño del pato Donald…Tenia la reputación de tener demasiado apego al dinero. Era sacerdote y, al mismo tiempo capitán en el campo de aviación  militar cercano. Mi niño se molesto y le dijo al cura que pidiera a su padre ser monaguillo en su lugar, abandono de inmediato el asunto, vamos que no permitió  que el cura se apoderase de lo que él pensaba injusto, y que le robase de tal forma. Después encontró otro chanchullo: iba por las casas de las personas mayores para realmente ayudarles, al decir que era el hijo y nieto de tal… claro todos nos conocían, ya que sus abuelos tenían una empresa en un pueblo de 800 habitantes. Pues como les contaba, en efecto hacia las compras, plantaba verduras,¡ vamos lo que fuese! y, por supuesto se sacaba su dinerito. Se apunto con los jubilados para jugar a la petanca, ir a pescar. El no sé cómo se las ingeniaba, siempre le daban dinero. Llego un día, en que un primo de mi ex se casaba, claro estábamos invitados.Para entonces este hijo tendría ya diez años. Después de la comida subió al estrado donde tocaban la música y, después de decirle a los músicos algo al oído, empezó a contar chistes uno detrás de otro. Los comensales se morían de risa, incluso mi cuñada se hizo pis de la risa. Yo, estaba sonrojada y le decía de bajar, pero los comensales aplaudían aun más todavía. Paro de contar sus imitaciones con ciertos cómicos franceses. Había un cómico francés llamado “Bourvil” en uno de sus diálogos interpretaba a un alcohólico, aquello fue el no va más de la risa. Todo esto para decirles que mi hijo se marcho a medianoche con una gran sonrisa y, podría seguir contando anécdotas sin cansarme de ellos. En verdad que yo también lo recuerdo de hermosos colores…   

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