sábado, 30 de junio de 2012

LLEGANDO A LA TERCERA EDAD...

MARILO

Siempre fui una mujer inquieta, activa; corriendo de un lado a otro. Esta mañana  me levante con fuertes dolores de huesos; efectivamente, entre muchas cosas, padezco una enfermedad reumática. Hasta prácticamente hace poco, era activa; hoy jubilada, me doy cuenta que el reloj del tiempo a transcurrido y, que no es eterno. Mis reflejos ya no son los mismos; la vista no es lo que era, mis pasos son más lentos, mis manos temblorosas no son tal hábil. Pensaran que en algo me ha afectado la moral; Pues bien es el contrario, cuando una acepta que el tiempo ha pasado, que una envejece físicamente, te das cuenta que una vez que hayas aceptado esto, que  quedan todavía años de esperanzas y, que la juventud nunca se acaba si tienes una mente abierta. Durante los largos años de mi vida he pasado de todo; de la alegría, a la desesperanza, de reír o llorar. La vida era un canto y un duro combate; y  a veces una atmosfera oscura envolvía mi  vida. Con fuerza y tesón, con perseverancia logré que llegase la alegría para transmitirla a los demás; soy consciente que cada uno somos un destino único. Ayer tenía veinte años, corriendo contra vientos y mareas. Pensaba que nunca acabaría la juventud, hasta llegar a los treinta; con esos años era madre de tres maravillosos hijos y, mientras estuvieron a mi lado me sentía joven, llena de vitalidad; corriendo, tratando de parar el tiempo y, no hace tanto, parece que fue ayer. Llegando a los cuarenta, cantando, bailando y, a esa edad ya era abuela. Para luego alcanzar los cincuenta; mis hijos casados, viendo correteando a mis nietos. Y un día me llegan los sesenta sin darme cuenta, sin casi haber vivido para mí; siempre viviendo para los demás. Nunca me arrepiento de ello, a pesar de que algunos abusaron de mi bondad, fui feliz junto a los que me rodeaban. Hoy con sesenta y cinco necesito ir y venir donde yo quiero; aceptando como hoy, incluso el dolor de huesos. Hoy siento la ternura de vivir, la alegria de estar aqui, aceptando los días tal y como llegan; mi cuerpo en efecto a envejecido, mi mente sigue alerta. Por fin me encuentro feliz conmigo misma. 


AMANECER DESDE MI VENTANA
 
Al anochecer me siento en el banco del parque a la luz de la luna, admirando el infinito cielo estrellado; viendo desde mi ventana cada amanecer. Sin olvidar los amigos que tanto me aportan; no me puedo quejar de haber llegado a la tercera edad, despues de lo que me tocó pasar. La vida es tan bella, de eso no me cabe ninguna duda.
CON MI AMIGA PAKI







jueves, 28 de junio de 2012

REENCUENTRO CASUAL CON UNA AMIGA...

TILOS EN LA AVENIDA DE TOLOSA


Ayer amaneció triste y brumoso; el viento sur se debatía con el viento del norte. La noche anterior había preparado los bártulos de la playa en la mochila; grande fue mi decepción. Pero según iba avanzando el día, el sol despuntaba tímidamente. Hacia una temperatura excelente, y después del almuerzo, decido ir a la playa. Con la mochila acuestas y la cámara de fotos en la mano. Tomo la avenida de Tolosa… todavía los inmensos tilos desprende  olor de sus flores, voy respirando su aroma; según voy bajando, entre la carretera y la acera, está  lleno de flores de colores, de rosas, magnolias, hortensias , etc. Me tomo unos instantes para fotografiar; con el sol los colores parecían más luminosas, más hermosas. 
ROSALES

Hasta que por fin llego a la playa de Ondarreta ; pongo la esterilla y encima la toalla. Me echo crema solar y me tumbo al sol; a través de la toalla siento el tibio calor de la arena. Qué  placer tan inmenso; estoy cerca de la orilla, así puedo mejor escuchar el vaivén de las olas, me relaja y me dejo invadir por esa dulce sensación de bienestar. Al cabo del tiempo la playa se inunda de gente; niños jugando a la pelota, riendo y corriendo hacia la orilla para darse un chapuzón; el agua todavía está algo fría, pero el baño, una vez dentro es una gozada. De pronto el sol de nuevo se nubla y, una espesa bruma empieza a caer. Con mis bártulos  de playa, y  la mochila, me acerco hasta el “Peine de los Vientos “mi lugar favorito. La marea está bajando y, observo que casi se puede ir andando hasta la isla. Durante la posguerra, se encontraba la cárcel de San Sebastián a la orilla de la playa Ondarreta ; todavía quedan los cimientos de piedra a la vista; de paso, un recuerdo tierno hacia mi padre, pasó algunos años en ella, en la época franquista.

RESTOS DE LA ANTIGUA CÁRCEL
Me acerco para fotografiar de nuevo “El Peine de los Vientos “De pronto alguien me toca el hombro; me doy media vuelta, ahí estaba observándome una gran amiga de infancia. Hacía más de 30 años que no sabía nada de ella; se caso y se fue junto a su marido a Suiza; perdimos el contacto tontamente  con el tiempo y, hoy estaba en mis brazos. Ella me reconoció enseguida; las dos nos abrazamos efusivamente llorando, intercambiando palabras, como el destino nos pone de nuevo frente a frente, cuando menos lo esperábamos. Ignorando mi separación y, mi vuelta al país; ella enviudó y, se encontraba junto a su hija de vacaciones. 

PEINE DE LOS VIENTOS
Qué momento memorable este casual y feliz encuentro; fue una de mis mejores amigas, nos tomamos un café en la terraza del bar, hablando de tantísimas cosas. Nuestra lejana infancia, nuestra adolescencia, y nuestros primeros amores; riéndonos a carcajadas, su hija asombrada de este encuentro, del buen rollo entre nosotras, y quedamos para este sábado para comer juntas. Cuando llegué a casa era bien tarde; risueña, feliz de este día tan asombroso. No había visto que en el reloj pasaban las horas. El sábado, tenemos tantas cosas para contarnos que, estoy contando las horas que nos quedan, para estar de nuevo juntas.  


BAHIA DE DONOSTIA
MAGNOLIO


domingo, 24 de junio de 2012

A MI PERRITA LINDA...

    
Sobre la mesa del ordenador, tengo una foto de mi fallecida perra. Me quito las gafas y la observo durante varios minutos; oh, me pareció oír un quejido, debió de ser mi imaginación. Siempre que pienso en ella, me parece  escuchar su llanto lastimero. Recordaba como hace más de 20 años, y de qué manera llego a nuestra casa; mi fallecida madre se encontraba viviendo con nosotros. Unos días antes el gato que le hacía compañía lo había atropellado un coche; aquello fue un drama para ella, le hacía compañía durmiendo con ella, como persona mayor, empezó a deprimirse. Mi pobre madre la veía llorar  con tanta pena que, cogí el coche para ir a la tienda más cercana en venta de animales. Quería comprarle un gato, casualidad en ese momento no quedaba ninguno; al salir un aullido lastimero llama mi atención, había en el suelo una jaula con un cachorro  de raza pequinés; fue como diciéndome “aquí estoy “Al mirarla me enterneció su mirada triste y ella meneaba la colita al acariciarla; vamos que me enamoró. La compre de inmediato junto a un cesto para dormir y comida para perros. En el coche la puse en el lugar del copiloto, su mirada brillaba y, no me quitaba ojo: decidí al verla tan bella llamarla “linda “Al llegar a casa mi madre no la acepto de inmediato; todavía sufría por su gato Pero poco a poco fue aceptándola; cuando la lleve al veterinario, me dijo; Ja,  he aquí una bellísima perra de pura raza, pero usted no sabe lo que le ha caído. Esta raza es caprichosa y, testadura… en definitiva una perra aristocrática. Yo sonreí, anteriormente tuve perros que, nunca provocaron problemas. Efectivamente, tenía razón el veterinario, se hizo la dueña de casa de inmediato, era juguetona y muy cariñosa y,caprichosa por supuest, tal como me lo advirtió el veterinario. La comida de perros, no era para ella y, yo al ver que no comía, se me ocurrió ponerle pollo con arroz; claro está que lo devoro y, así prosiguió. Yo me estaba encariñando demasiado con ella. Cuando llegaba de fuera, era toda una fiesta, saltaba, ladraba, se subía en mis brazos y no paraba de darme besos con la lengua.  Durmiendo a mis pies, era la sombra que nunca me abandonaba .La gente del barrio me decía lo bella que era, ella lo sabía , había que ver su porte; me recordaba a “duquesa “la gatita aristocrática de los dibujos animados de Disney. Solo había un problema “linda “cuando llovía ,eso de de mojarse no era para ella, se sentaba y no había manera de sacarla fuera, la primera vez que vio la  nieve  fue comico ; fue poner su patita en la nieve helada y echo a correr para dentro de la casa.Mi madre mientras falleció, llorándola las dos muchísimo. Linda me secaba las lágrimas con la lengua, ella lloraba al verme triste. Mis hijos casados, mi matrimonio a la deriva, fue mi paño de lágrimas. Su amor incondicional hizo que, era mi niña, mi salvavidas en aquellos momentos. Muchos pensaran que absurdo…como  se puede uno atar de esa forma a un animal. No tengo lógica para explicarlo, pero ocurrió. Cuándo unos años después, atrapo una neumonía tremenda; ella lloraba lágrimas de verdad al verme tan mal….Esto es  verídico; y la tristeza en su mirada, cuando llego la hora de mi separación;  nunca lo olvidare ,al ver las maletas en la puerta se puso a llorar, sabía que era un adiós definitivo: entre mis brazos la abrace fuertemente, llorando toda mi pena; no podía llevármela, ni yo misma sabía a donde iba ir a parar. Murió unos meses después de pena, se abandono, rehusando comer, murió esperándome detrás de la puerta de casa. “Linda “más que mi mascota, fue mi niña, mi amiga, mi paño de lagrimas; juntas llorábamos, juntas jugábamos. Nunca podre olvidarte “mi linda “te perdí y yo tengo todavía la pedrada en mi alma. Pase junto a ella unos años que me lleno de ternura; junto a una gatita negra que tenía anteriormente, fue increíble lo que me aportaron estas dos mascotas. Me gustaría creer, que existe un paraíso para animales; seguro que ellas dos están allí esperándome.       

miércoles, 20 de junio de 2012

EL PINTOR CARMELO GONZÁLEZ GUTIÉRREZ...

 
Cuba
CURRICULUM ARTISTICO CARMELO GONZÁLEZ GUTIÉRREZ. Pintor, Grabador, Diseñador Gráfico y Publicitario, Historietista y fotógrafo. Nace el 20 de Septiembre de 1956,en la de La Ciudad Habana, Cuba. Hijo de padres grabadores y pintores: Ana Rosa y Carmelo figuras cimeras ambos de las Artes Plásticas Cubanas del Siglo XX, permanentes en las salas del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. Desde 1976 trabaja como Historietísta ( dibujante de Comics ) en la Dirección de Publicaciones de PRENSA LATINA, allí pasa a ser Realizador Publicitario hasta 1986, en ese año pasa a ser el Diseñador gráfico y publicitario de la Empresa de Comercio Exterior de Publicaciones EDICIONES CUBANAS, hasta 1998, desde ese momento se acoge a la ley de Artistas Independientes del Fondo de Bienes Culturales. Desde el año 2002 en que contrajo matrimonio con la pintora canaria Sandra Pérez, reside en Tenerife y junto a ella imparte clases de dibujo y pintura en La escuela Municipal de Pintura de La Matanza de Acentejo









RECORDANDO...


 
Anoche mientras cenaba, el teléfono que suena; no llevaba las gafas puestas, y  no me di cuenta quien era a estas horas. Al otro lado, una voz querida; una amiga francesa, con la cual compartimos tantas cosas durante mi estancia de 30 años en el país vecino. Una amistad de 40 años; nuestros hijos casi de la misma edad compartieron todo igualmente. Una amistad que perdura a pesar de la distancia; quedan muchos recuerdos bellos junto a ella que, nunca se olvidaran. Después de una larga charla, feliz, alegre…cuelgo el teléfono. Mi mente retrocedió hacia atrás recordando el pasado; vivíamos en un pueblo en el centro-oeste al sur  de Paris. El departamento se llama Loir-et-Cher; por los dos ríos caudalosos que pasan por el departamento. La Loire y el Cher; en Francia, muchos departamentos llevan el nombre de los ríos que lo atraviesan, o bien por los montes que les rodea. Recordaba la dulce campiña que habitábamos; disponíamos de una  villa confortable y, esta amiga vivía dos villas más adelante. Era un barrio nuevo, casi en medio del bosque .Por delante de la casa, el césped verde, árboles y flores, por detrás árboles frutales y un huerto de hortalizas, donde cosechábamos para todo el año. Allí, las temperaturas eran drásticas, los veranos de mucho calor, inviernos extremamente fríos; de caer varias nevadas en el mismo invierno, para después quedar todo helado y, el rio quedaba en bloque de hielo. A veces hasta temperaturas de 18 bajo cero; había que estar preparados para afrontar aquello. Aprovechando el huerto en verano al máximo y, haciendo conservas de todas las hortalizas y frutas cosechadas. Me hice toda una experta en mermeladas y frutas en almíbar; la verdura conservada en tarros de cristal, que luego esterilizaba para mejor conservación;   para luego en el invierno que, no faltase de nada. Uno de los cuñados, cazador me aportaba caza, haciendo  patés, de  liebre, jabalí etc.…no me gustaba que matasen ningún animal, pero había que comer y, mis tres hijos eran tremendos comiendo. Además siempre había en casa familia de España que venía de vacaciones; apreciando mucho la comida del campo, más natural, todo les parecía excelente. Detrás de la casa, al abrir las persianas se admiraban  los bosques frondosos. Me gustaba ir a pasear en medio del bosque, o bien andando, o en bicicleta. En primavera, el espectáculo impresionante; arboles espectaculares, centenarios muchos de ellos. Donde en sus cumbres anidaban una gran diversidad de pájaros; escuchando el canto melodioso de los machos buscando pareja. El bosque brillaba bajo el cálido sol de primavera, el cielo azul intenso, mirabas a lo alto, podías divisar las golondrinas recién llegadas desde el estrecho. Todo de verde, salpicado de flores silvestres y, las mariposas de mil colores de flor en flor. Cuando paseaba junto al rio, me sentaba en la orilla unos instantes para escuchar el ritmo del agua al bajar; los pescadores en la orilla me saludaban. Que magnifica naturaleza; lugar de caza y pesca; podías admirar las ardillas en silencio, correteando por los arboles. Alguna vez, podías apercibir un ciervo a lo lejos, en cuanto te veían, salían corriendo. En los lagos, manadas de patos salvajes; tierno espectáculo cuando iban detrás de la madre nadando. En nuestra casa, las rosas adornaban parte del jardín y, en las noches de junio al dormir con las ventanas abiertas, su aroma llegaba hasta la alcoba, claveles, dalias de colores y una diversidad de de flores ofreciéndonos su aroma, lenguaje mudo de nuestros profundos pensamientos. Aquello era un verdadero espectáculo, de vida, de color y, cada estación del año era increíble; el otoño, bien que efémero… pero el bosque estaba magnifico con la diversidad de sus colores; íbamos a recoger champiñones, setas etc., para comer y conservarlas en tarros. Yo que era de  la ciudad, mucho disfrute en aquella verde campiña observando a mí alrededor todo lo que me ofrecía madre naturaleza. El invierno, a pesar del frio, todo de un blanco inmaculado; cuando había un rayo de sol en el paisaje nevado, era todo un poema. Escuchando la gente del campo, aprendí muchísimo; cuando o no se debe de plantar las verduras, según la luna; de joven me hacía gracia, pero cuanta sabiduría se desprendía de aquellos campesinos. Hoy de vuelta a la ciudad, pienso en aquella época tranquila y, en todas mis amigas que quedaron atrás; sin nostalgia, pero si con todo el cariño en común.