Al día siguiente subí al desván, sin querer mis ojos
se posaron con cierta nostalgia en un
baúl donde desde joven guardaba mis secretos. Me acerque, había un diario
descolorido por los años, un diario de mi juventud. Al abrir una página, un
trébol de la suerte qué tú me regalaste. Las lágrimas acudieron a mis ojos
resbalando sobre mis mejillas. Ahí estaban mis ilusiones, mis sueños llenos de
vida, ahí estabas tú. Cada palabra dedicada a nuestro amor… Tu egoísmo y el
maltrato que me infligiste; eras narcisista, machista, inmaduro también. Ahí
estaba yo…leyendo nuestra historia; mi corazón palpitaba tan fuerte, que sentía
los latidos en mi frente. Cerré mis ojos viendo desfilar ante mí mis sueños
rotos, palpitando, bailando en mi mente.
Olas de felicidad, charcos de tristeza, sonidos de risas, sombras inquietantes.
Todo un amor esfumado como el humo de un habano…Tanto, tanto lo que sufrí con
semejante tormento. Hoy en la madurez de los años te perdone, claro que perdone, no puedo vivir con heridas abiertas. Después de
huir de nuestro hogar por las amenazas de muerte, me di cuenta años después de
mi valentía como mujer; junto a ti me sentía infravalorada y la autoestima
estaba por los suelos. Hoy soy una mujer nueva llena de ilusiones y metas,
dando gracias a la vida de haberme liberado de tus garras y tu mala influencia
sobre mí…Eras retorcido mentalmente, viendo el mal donde no existía, sufriendo
celos enfermizos sin razón, celos de tus propios hijos, de mi madre y todo lo
que me rodeaba…Era suya hasta ahogar mi alma, para luego una vez conseguido lo
que deseaba, me dejaba tirada. Hoy soy una mujer fuerte y liberada…
Marilo Dominguez.
05/04/2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario