A partir de aquel encuentro me puse a reflexionar, necesitaba sacar de mi armario interior lo
que me sobraba. Decidí sacar cada estante del armario y hacer una limpieza
general. Los recuerdos que ya no me sirven de nada y, al mismo tiempo me
desprendí para siempre de algunos sueños e ilusiones. Tire con fuerza la rabia,
el resentimiento, mis pasiones ocultas y mis deseos no realizados. Recuerdos de
tristezas y, lo que quedaba de alguna forma llegaría a desprenderme también.
Los engaños que tanto me decepcionaron,
no voy a permitir más que sigan agobiando mi alma, no deseo recrearme en el
dolor pasado, solo quiero sacar de esta experiencia lo positivo y asumir que
esos recuerdos no vuelvan a dañarme. Ver lo bello de la vida, a pesar de que
cuánto cuesta entender lo ocurrido….Pero a cambio que sufrimiento innecesario
he pasado, las palabras hiere el alma y decidí tomar otro camino. A cambio
encontré otras cosas maravillosas y una vez limpio el armario puse en cada
estante mi infancia lejana junto a mis padres. Aquél gorrioncillo junto a su
cría que solía venir a cantar en mi ventana y, a comer migajas de pan. Las
puestas de sol sentada en la arena de la playa y ver después la luna plateada
alumbrar el mar, el enorme manto de las estrellas. Cada estación del año, las
flores cada primavera embriagándome con su olor, él canto de los pájaros en el
parque cerca de mi casa... y ese olor a tilos en la avenida de mi ciudad. Mis
paseos por los bosques en el otoño, admirando sus colores, descubriendo aquí, allá
las ardillas subiendo con ligereza los árboles. Pasear por la orilla del mar descalza,
sentir golpear el agua en mis tobillos; observar las gaviotas al llegar los
barcos de pesca, y la lluvia caer sobre mi rostro en los días de lluvia, admirando
como las gotas de agua cliquean en las calles, parecen bailar. En el invierno
bien abrigada, dejando el rastro de mí calzado sobre la nieve... observando el
paisaje y los arboles de un manto blanco inmaculado. Cómo no... La familia, los
amigos de ayer y de hoy. Por fin después de esta limpieza, el armario quedo
reluciente. Lo cerré con la llave dentro de mi corazón, la guarde en caso… pero
en adelante solo guardare dentro lo
positivo, para que en mi vejez sonría recordando, contándoselo a mis nietos ¡ Ahora
soy feliz sin los recuerdos amargos, la vida es bella cuando te desprendes de
lo que te sobra y guardas lo bello que la vida aporta. Pasaron los años, las
estaciones también junto a otros recuerdos…
Marilo Dominguez.
08/07/2012.
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