viernes, 6 de abril de 2012

RECUERDOS DE MI INFANCIA... I PARTE...




Los recuerdos de mi infancia en la ciudad de Granada. Provincia de Andalucía, en el sur de España, tierra donde nací y donde pase parte de mi niñez…Recuerdo un patio lleno de flores, una  plaza, una fuente de agua junto a un hermoso naranjo en flor. Lugar de encuentro de todos los niños del barrio, jugando y salpicándonos con el agua, chapoteando en ella en los días de calor. Las mujeres iban cantando con sus cántaros sobre sus cabezas en busca del agua necesaria para cocinar y beber. Las casas entonces no disponían de agua y luz. Niños alegres jugando al balón, risas y llantos, peleas sin importancia quedando olvidados al día posterior. Cerca había una vaquería, llegaban carros llenos con maíz y allá que nos subíamos a robar unas mazorcas tiernas, a pesar de las riñas del dueño del carro; las subía rápidamente a casa, mi madre las asaba comiéndolas como un manjar. De vez en cuando iba con mi jarra de aluminio a buscar  leche… Dios aquello era todo un lujo, y que rica recién ordeñada.Quedara siempre en mi memoria el señor del organillo dándole a la manivela; cuando llegaba escuchábamos en silencio sentados en el suelo aquellas dulces melodías; por una perra gorda (1 céntimo) de las antiguas pesetas, tocaba y tocaba, todos aplaudiendo e intrigados de donde salía la música. Llevaba una carro de lo más variopinto, viejo como matusalén, pintado de  colores,  flores y mariposas; había que ganarse la vida y sabia que los niños éramos su público. No sé qué edad tendría, de pequeños nos parecen todos tan mayores, pero sí recuerdo sus zapatos  agujereados, al igual que los calcetines y con una barba de varios días. El afilador otro  recuerdo tierno de mi niñez; un señor mayor, alto y delgado con cara de tristeza; vestido de manera miserable llegaba  tocando una flauta de pan de madera; do-re-mi-fa-sol-la-si, si-la-sol-fa-mi-re-do, gritando después… María, Carmela, Rocío… aquí llega el afilaoooooor; prepararen los cuchillos y tijeras, oyéndolo desde lejos acercándose cada vez más el sonido de la flauta hasta llegar a la plaza…. Conocíamos aquel sonido, todos íbamos corriendo para observar como con mano ágil y segura afilaba tijeras y cuchillos;  pedaleando y haciendo saltar las chispas al afilar. Mediante un pedal con una  tableta, una rueda  de esmeril que rechinaba al afilar de  la cual saltaban  chispas de colores y, todos asombrados y maravillados de ver aquello. El afilador sujetaba con sus dedos el cuchillo produciendo un ruido  bastante intenso. Lugar de encuentro entre las comadres de aquel barrio; se afanaban al encuentro del afilador con sus delantales de lunares, sacando cuchillos y tijeras para que el afilador las dejara como nuevas, aprovechando para saludarse, contando chismes y cuentos del día anterior. Aquello era todo un espectáculo; jugando alrededor de ellos escuchaba atentamente los comentarios de una tal u otra fulanita; las risas entre ellas con las manos en la cintura, o gesticulando.Mira anoche vi a la Juanita en el portal besándose con José  el hijo de la Pura, si, esa gorda que esta siempre sentada en el tranco de la puerta;  ese chico es un mujeriego y la dejara después por otra, fíjate con lo gandul que es ¡ahora es de guapo el mozo  ¡ y, así trae a todas las mozas locas por él ¡La otra decía  os habéis fijado el hijo de la María, ya sabéis que es marica…observarlo bien  cuando lo veáis, lleva el pelo lleno de brillantina y una raya en el medio del pelo para que no se le mueva, y su bigote tan bien recortado y sus andares afeminados; haciendo los gestos había que verlas, a pesar de no comprender en aquella época el significado. Y la rubia de enfrente, mi niña, decía una…  tiene un querido ricachón, llega por la noche y se va pronto por la mañana; sabes, parece ser que es casado… eso comentan, las hay con suerte decían…mírala por un revolcón ahí la tienes sin dar palo al agua; suspiros… risas…Nosotras no tenemos esa suerte, ya te digo contesta la otra, esa nació para marquesa. Unos años después falleció debido a un aborto; la casa pronto se lleno de gente, para ver por última vez su cuerpo sin vida; en el ataúd parecía una muñeca durmiendo; parece ser,  según comentaba pidió antes de morir que la maquillaran y la vistiesen con su mejor vestido. El amante apareció y arrodillándose lloro muchísimo, luego de vez en cuando aparecía por el barrio, miraba el piso donde ella habitaba y regresaba de nuevo llorando. Todas las vecinas le acompañaron hasta su última morada, si aquellos recuerdos perduraran siempre en mi mente profundamente...
Marilo Dominguez.
06/04/2012.






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