II PARTE…
Había bebido algo más
de lo normal, no estaba acostumbrada a beber, junto con la emoción del ascenso
se sentía la dueña del mundo. Melanie;
había trabajado duro para conseguir ese puesto, dejando de lado su vida
familiar, y ella era consciente de ello. Pensaba, mientras conducía, ahora que
había conseguido su meta, dedicaría más tiempo a su marido y a sus dos hijos.
Los efectos del alcohol, la emoción y el cansancio, le nublaron la vista. En
espacio de unos instantes y en una curva cerrada, perdió el control del coche
dando unas cuantas vueltas, hasta estrellarse contra un árbol y rodar varios
metros más abajo. Mientras esto sucedía; su vida pasaba por su mente a una
velocidad sorprendente. Del pasado, al presente y no había un orden preferente.
Viéndose de niña junto a sus padres; para después verse junto a sus hijos
Pierre y Charlotte, jugando en el jardín de su casa y riéndose a carcajadas.
Daniel; su marido que siempre la apoyo en todo. Se conocieron en la universidad
de “Tours”. Daniel; era un joven pelirrojo, con una cara con pecas y un encanto
personal dejándola admirada. Melanie; se enamoro de inmediato, a su lado se
sentía segura, emanaba una fuerza y una seguridad que, se lo transmitía a ella.
Daniel; estudio empresariales, trabajando después en la empresa familiar. Sus
padres eran viticultores en la “Touraine” Daniel; trabajaba duro junto a ellos y
seria el sucesor de su padre a la
jubilación de este. Era el único hijo, sus padres pusieron toda la ilusión y
esperanza en el. Melanie dirigió sus estudios hacia el marketing. Su padre le
enseño como manejar los hilos en la orientación con la que
se administra o se comercializa dentro de una empresa. Saber aprovechar
las ocasiones, buscar ante todo la fidelidad de los clientes, mediante herramientas
y estrategias; posicionar en la mente del consumidor un producto, o
una cierta marca etc., Buscando ser la opción principal y poder llegar al cliente
al final. El marketing, parte pues de las necesidades del cliente o consumidor,
para poder diseñar, organizar, ejecutar, y controlar, la función
comercializadora y eso a Melanie le encantaba; quizás lo llevaba en sus genes.
Melanie; sintió un dolor agudo en varias partes de su cuerpo, quería gritar,
que alguien oyese su llamada de socorro, pero no podía articular palabra. Al
cabo de un tiempo que, le pareció una eternidad llego una ambulancia. Los
bomberos la estaban rescatando del coche accidentado; podía oír la sierra
abriendo la chapa del coche, sus ojos
podía distinguir entre niebla una luz sobre su rostro y sintió una máscara de oxigeno que cubría su boca, un
ligero pinchazo de una aguja en el brazo derecho. Poco a poco el dolor se iba
atenuando. Hubo un momento de duda, quizás se moriría sin despedirse de su
marido y de sus hijos; todo era tan confuso. Su mente iba de un lado a otro de
su vida. Se veía agarrada del brazo de su padre, entrando orgullosa en la
Iglesia “Saint Vincent de Blois”. La marcha nupcial sonaba a su paso y sus
sobrinos echando por la alfombra pétalos de rosas hasta llegar al altar. Melanie;
estaba radiante de felicidad, Daniel, sonriente le tendía sus manos. Estaba
sereno y seguro de sí mismo, eso le dio confianza, seguridad, besándolo
dulcemente al final del sí quiero. Daniel, era de esos hombres en la cual una
mujer se siente segura. Desprendía de sus ojos tanta ternura ¡como pudo ella!
Posponer en su mente el trabajo, antes que Daniel… Sintió vergüenza, se había comportado
como una egoísta y cuando despertaría, les pediría perdón ¡Sus hijos! No tenía
la seguridad de sobrevivir a este accidente para poder abrazarlos nuevamente,
decirles cuanto los amaba a los tres. Una angustia de muerte le oprimía el
pecho; rezaba con devoción para salir de este trance, prometiéndose a si misma
de no caer en el mismo error. Al llegar al hospital Melanie se encontraba en estado
de coma. Podía oír la gravedad de su caso, pero era incapaz de abrir los ojos,
ni de mover un dedo. Todo transcurría entre nieblas, como si aquello fuese un sueño irreal. Al no sentir
ningún dolor; quizás de pronto despertaría. Escuchaba a Daniel llorar, le
susurraba de aferrarse a la vida, ¡la necesitaba tanto! Melanie; inmóvil escuchaba
como lloraba en su lecho del hospital. Escucho al médico cirujano, había que
operarla de urgencia, le insto a Daniel de seguirle. Sabía que la llevaban al
bloque operatorio por los pasillos . Una vez allí le
pusieron la anestesia y la operaron. Melanie; salió del coma veinte días
después, la alegría era tan grande, que Daniel lloro de emoción. Daniel, le conto a Melanie; que
había sufrido un aparatoso accidente. Después de besarla suavemente, Melanie le
pidió un espejo viendo su cabeza vendada; su rostro con la magulladura estaba
todavía hinchado. Había sufrido un trauma en el craneo y las piernas se habian fracturado; tuvo suerte
de salir viva, el coche se prendió fuego poco tiempo después de rescatarla. Sonrió
tímidamente a Daniel; él le cogió la mano besándola al mismo tiempo tocó el timbre avisando a las enfermeras la buena noticia. Necesitaría una reeducación para sus piernas; pero
saldría adelante con el tesón del que ella
era capaz. Melanie; llorando le pidió perdón por lo ocurrido. Estaba decidida,
abandonaría su trabajo para dedicarles el resto de su vida a Daniel y a sus
hijos. Unos dias después, cuando se encontraba algo mejor y más recuperada, recibió por fin la visita
tan esperada de sus hijos. ¡Los cuatro se abrazaron emocionados! Melanie
salió de milagro, dándole las gracias a
la vida por recuperar de nuevo su vida y sus seres amados. Gracias por estar todavía
viva, prometiéndole a los tres que saldría adelante con el cariño y el apoyo de
ellos. Varios meses después del terrible accidente, se recupero con esfuerzo de
las secuelas. Abandono su trabajo dedicando su vida a su familia; al cabo de
dos años y medio se quedo de nuevo embarazada. Sería el bebe milagro de su
nueva vida. Una nueva meta se presentaba a ella, ser la esposa y la madre que,
por un momento de orgullo había olvidado.
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