II
PARTE…
¡Un
líder! y estaba rodeado de bellezas femeninas. ¡Era un seductor nato!, algo
mayor que ella, o quizá fue el bigote bien recortado que lucía orgulloso. Había
una multitud de jóvenes ese día festejando el final de curso. A penas entro en aquella
fiesta que, se le acerco para saludarla e informarse de donde era exactamente.
Era un hombre seguro de sí mismo, pero sobre todo tan atractivo. No lo había
visto antes entre los otros estudiantes de su entorno. Iñaki acudía a cursos
por las tardes y durante el día trabajaba, según le indico él mismo. Después de
la gala, la invito a tomar una última copa en un local de “Saint Germain de
Prés” El local se encontraba abarrotado de gente y una orquesta de música de
jazz tocaba a un ritmo endiablado. Allí se encontraba un tal “Chuck Berry” del
cual no sabia en realidad quien era, hasta años después. Era la primera vez que
escuchaba música de jazz y blues, quedando prendada de esa música del otro lado
del “Atlántico”. Iñaki le hablaba con entusiasmo del país vasco, lleno de fervor por su tierra y
de sus raíces, de su familia de agricultores. Hablaron de tantas cosas, que en
aquella noche conocían la vida del otro como si fuese de toda la vida. Gloria,
desconocía la región; había escuchado por sus padres la belleza de aquel lugar
montañoso cerca de la frontera francesa. Después bailaron al ritmo de blues
hasta altas horas de la madrugada. Les daba la impresión de conocerse en tan
poco tiempo y, el “Filin” entre ellos fue mutuo. Como el metro abría sus
puertas a las seis de la mañana; se acercaron rápido a la estación más cercana dirigiéndose hacia el “Barrio Latino” Antes desayunaron
juntos en la cafetería de “Chez Laure” cerca donde ella residía. Zumo
de naranja y un croissant de mantequilla. Paris se despertaba de la noche y esa
mañana para los dos fue mágica. Gloria, compartía
piso junto con otras estudiantes catalanas. Gloria, reconocía que el joven la
dejo impresionada; sus ojos negros eran profundos donde podía leer en ellos el
deseo. Muy elocuente, culto, alegre y ella se dejo llevar por su encanto
varonil. Riéndose a carcajadas de la velada agradable que habían pasado y hablando
de mil cosas. La verdad que junto a Iñaki el tiempo pasó volando. Cogidos de la
mano pasearon por las calles de Paris. La ciudad le pareció aun más bella a su lado.
¡Paris, por algo es la capital del amor! Una vez que desayunaron, alcanzaron el
portal del piso despidiéndose con un beso apasionado. Gloria, se dejo llevar
por ese momento dulce, dándole las gracias por la noche en su compañía, por el paseo a través de la
ciudad y el desayuno. Después intercambiándose el teléfono de donde se alojaban
cada cual Pasaron varios días; Gloria esperaba impaciente su llamada. Era vital
para ella, verlo de nuevo y saber que no fue uno de sus sueños. Esa tarde la
llamo invitándola a cenar en el barrio chino. Gloria se encontraba recogiendo
parte de su ropa, pronto volvería a Barcelona. Gloria, bastante nerviosa por la
llamada inesperada, acepto de inmediato, arreglándose elegantemente para la
ocasión; deseaba a su vez impresionarlo. Era una chica menudita, cualquier cosa
le sentaba de maravilla. Le encantaba la moda parisina; los perfumes de “Chanel”,
la lencería fina, ya que por aquel entonces no se encontraba todavía en los
comercios españoles. Esa noche, presentía que iba a ser muy importante para ella;
dándose un toque de carmín rojo en sus labios carnosos que, seducían a los
hombres. Iñaki al verla se exclamo de admiración, resaltando chispas en sus
ojos penetrantes, ¡Gloria se sintió bella! Era la primera vez que acudía a un
restaurante chino. El local era un encanto, mesas y sillas de caoba. Las
paredes con cuadros de paisajes chinos, “bonsáis” por varios rincones y un
diminuto jardín con una cascada en la entrada del restaurante. La cocina la
sedujo agradablemente, a pesar de que fue incapaz de comer con palillos. La
compañía de Iñaki era muy agradable, más
todavía que la noche del primer encuentro. Iñaki, se acerco a ella, respirando
su perfume, iba ataviado elegantemente, una joven se acerco a ellos con una
cesta de flores. Iñaki le compro un ramo de rosas ofreciéndolos a Gloria; ella
quedo muda de la emoción. Iñaki, era un hombre detallista, un galante a la
usanza antigua y, eso le gusto. El barrio chino con sus bazares, restaurantes y
demás le parecía irreal, era como
encontrarse en Pekín. Había un bullicio de gente por las calles, puestos en las
calles vendiendo comida china. A Gloria, todo le sorprendió por aquel barrio
lleno de olores y colores. En el Restaurante “La Muraille de Chine” sirvieron
la cena como si fuese toda una ceremonia;
un menú típico de China. El dueño saludo a Iñaki amablemente y, dirigiéndose a ella con una
sonrisa le dijo de estar encantado de conocerla. Se daba cuenta que Iñaki era
un cliente habitual y eligió el mismo el menú para los dos. Pronto se lleno de
gente y, aquella ceremonia sirviendo la comida le pareció toda una exquisitez. Después
de cenar se acercaron en metro hasta el barrio bohemio de “Montmartre” En los
alrededores de la basílica se encuentran muchos restaurantes, tiendas, había un
ambiente muy especial en ese atardecer
de junio. Mereció verdaderamente la pena dar un paseo por “Montmartre”
para redescubrir el "Barrio de los
Pintores" Uno de sus lugares favoritos, recordando que en tal calle
había vivido un tal u otro famoso al día actual. Iba tarareando “La Bóheme” de “Charles
Aznavour”, una bellísima canción que le ponían los pelos de gallina. Antes subieron
con el Funicular hasta llegar a la Basílica del “Sagrado Corazón. Su acceso se
encontraba muy cerca de la boca de metro “Anvers” hasta alcanzar lo alto del “El Sagrado Corazón” admirando
desde lo alto la ciudad. Sobre la “Butte” o (colina), más abajo de la basílica
se encuentran la place du “Tertre” y sus pintores. El barrio des “Abbesses”,
lleno de miles de pequeñas calles
escarpadas, y al pie de la colina, el famoso “Moulin Rouge”. Bajaron de nuevo hasta la derecha del rio “Sena” admirando algunas obras sobre la ciudad de Paris.
Los cuadros pintados resaltaban, brillaban de mil colores. Echó un vistazo
sobre algunos libros de segunda mano. Le encantaba la literatura francesa y
adquirió varios libros por un precio módico, Iñaki insistió en regalárselos. Dieron
un paseo en “ Bateaux” (barco) por el rio Sena cogidos de la mano y besándose
tiernamente. Después cogieron el metro en “El Boulevard Barbés” que, la
llevaría hasta la casa donde ella se
hospedaba. Gloria, le invito a tomar una última copa en el piso. Las demás
estudiantes se encontraban fuera; era un viernes a la noche y seguro que
estaban de fiesta, no se equivoco.
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