viernes, 19 de abril de 2013

LA VIDA EN PAREJA...A VECES...

Sabemos que el amor entre dos personas es un sentimiento que no tiene precio. Es algo mágico y maravilloso; pero puede resultar que a veces la vida en pareja no es tan sencilla, es de una gran complejidad. Entra en escena tus creencias, la cultura, la educación recibida y, muchas veces pueden chocar entre sí. Cuando conoces a tu pareja ¿piensas es para toda la vida?; no cabe la menor duda en tu mente. Es hermoso, maravilloso casarte enamorada, ilusionada y dispuesta a poner todo tu empeño para que las cosas funcionen bien. Pasan los años; ves como las diferencias van creciendo: a la par que llegan las discusiones, para constatar con amargura que no era lo que esperabas. Siempre piensas que con amor puedes superar las barreras. Constatas amargamente que se abre una brecha en la relación; de tal magnitud que, cuando te das cuenta de que en realidad ya en nada coincides y ello te hiela el alma. Aquí se ponen en manifiesto, lo que decía  al principio; diferente cultura, diferente educación y principios; caminos que no van en la misma dirección y automáticamente llegan las fricciones. ¿Quizás haya una tendencia a idealizar el amor?; demasiadas expectativas has puesto en ello. ¿Estás convencida que compartes los mismos gustos, los anhelos y sueños? Incluyendo la educación y el cuidado de  los hijos; para constatar que, hasta en eso somos diferentes. Compruebas según pasan los años que, tus sueños no son los de tu pareja. ¿Qué ha pasado? Te cuestionas cada día, sin obtener una respuesta. Tu eres extrovertida, el lo contrario y el silencio se instaura y el desamor te está esperando. Has apostado tú vida por un matrimonio que, a la largo va directo al fracaso sin poder frenarlo y, sin un  dialogo posible la convivencia se va al traste. Pero duele tanto el alma decir adiós; romper la promesa de amor de estar a su lado hasta el final. Sientes que te invade la amargura, te encuentras perdida, angustiada. Desperdiciando los años de tu vida, tratando de recomponer el puzle dislocado y sumergida en un valle de lágrimas. Todo un desperdicio de vida irremediable, te encuentras en un callejón sin salida; para finalmente decidir romper con tu vida de pareja. Siempre has dejado en un rinconcito del alma una esperanza y piensas ¿qué tal vez? terminaría comprendiendo el dolor causado. Causa perdida, en la mayoría de los casos. Tardas en tomar una decisión apropiada, que no sufran los hijos; pero los hijos sufren de igual manera. ¿Donde se encuentra la verdad?, dudas si harás lo correcto; mientras te invade la tristeza. Cuando acaba la relación una se siente incompleta; ¿preguntándose una y otra vez porque no funciono? ¿Porqué es tan difícil de superar tales barreras?, creando dolor y desazón, cuando una pone el alma y el otro no. ¿Por qué es tan difícil la convivencia? entre dos seres que ahora se detestan; si aquello empezó con mucho amor. Sufres tanto que, incluso pierdes la chispa por la vida. Una vez el duelo acabado; aprende al final que tienes que  perdonar  y, piensa que quizás en alguna parte, tu también has fallado. Siempre es culpa de dos, no intentes culpar siempre al otro. La vida está compuesta de esta manera y, tu destino estaba trazado en algún lugar sin que lo supieras. Entonces cuando lo comprendas, toma de nuevo las riendas de tu vida. Sigue creyendo en el amor; si se cruza en tu camino, cógelo de la mano y aférrate a su lado. Deja que tu corazón te guie, consigue  una convivencia basada en el respeto, en la confianza y sobre todo mucho amor. Lo de ayer, no tiene porque ser lo que hoy vives; al igual que mañana tampoco sabes de que estará compuesto. Pero si aquello  te dejo una herida ¿ciérrala? La vida en si es tan corta; vívela con alegría y con entusiasmo.    

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