domingo, 3 de marzo de 2013

EL RENCOR Y EL PERDÓN...





EL RENCOR Y EL PERDÓN

Textos extraídos de una página:
EL PESO DEL RENCOR
El tema del día era el resentimiento, y el maestro nos había pedido que lleváramos patatas y una bolsa de plástico. Ya en clase elegimos una papa por cada persona a la que guardábamos resentimiento. Escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas. El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de patatas.
Naturalmente la condición de las patatas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y como mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas que eran más importantes para mí.
Todos tenemos patatas pudriéndose en nuestra mochila sentimental. Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse. Me di cuenta que cuando me llenaba de resentimiento, aumentaba mi stress, no dormía bien y mi atención se dispersaba.
Perdonar y dejarlas ir me lleno de paz y calma, alimentando mi espíritu. La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.
El perdón es una expresión de amor.
El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estés de acuerdo con lo que paso, ni que lo apruebes. Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimo. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causan dolor o enojo.
La falta de perdón te ata a las personas con el resentimiento. Te tiene encadenado. La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.
El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario. Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar e es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
La declaración del perdón es la clave para liberarte. ¿Con que personas estás resentido? ¿A quienes no puedes perdonar? ¿Eres tu infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos? Perdona para que puedas ser perdonado, recuerda que con la vara que mides, serás medido….
Aligera tu carga y estarás más libre para moverte hacia tus objetivos.

EL PERDÓN

Tu vida esta plena de logros,
luchas y grandes esfuerzos,
y aunque a veces no parezca
cada día te vas acercando
paso a paso a lo que tú quieres.
Pero ten cuidado,
puedes tener un enemigo,
capaz de destruir sin piedad
lo que con tanto trabajo has construido.
Son tus propios resentimientos.
El resentimiento es como tomar un veneno
para tratar de envenenar a otro.
Mientras el dolor pasa,
el rencor se queda,
Lo agravas, como a una herida que no se deja sanar.
El resentimiento es un monstruo,
puede tener el tamaño que le des,
lo puedes alimentar
con los pensamientos de queja
de autocompasión.
Cuanto más lo alimentes
más partes de tu vida invadirá.
La energía que le das a ese fantasma,
es la misma que puedes usar
para construir tus sueños.
O la vida más plena y feliz que te mereces.
Quien no perdona
poco a poco se aísla,
Empieza a olvidar
disfrutar lo grato de su ausencia.
Con el rencor te haces más difícil,
lo difícil y lo agradable se opaca
con el tormento de la amargura.
Digno no es quien resiente.
Digno es quien perdona.
Que estúpida es la venganza que mantiene anclado el dolor.
La venganza sabia es dejarlo ir.
Seguir adelante, es construirse en vez de destruirse.
El perdón es un regalo, para uno mismo,
es regalarse la paz,
es soltar la carga,
es decidir mirar la luz de nuevo,
y con determinación caminar hacia ella,
hacia lo mejor de ti, de tu vida.
No perdones para que el otro cambie
acéptalo,
el otro nunca va a ser como tú quieres,
pues eso no depende de ti.
No le des a nadie el poder de hacerte infeliz,
perdona porque decides hacerlo,
retoma tu poder,
tu inmensa capacidad
de construir tu propia tranquilidad.
 AUTOR DESCONOCIDO.

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