Hoy,
les voy a comentar mi situación personal con los médicos. Aquí en el País Vasco
éramos pioneros en medicina, en médicos especialistas de todo tipo de
enfermedades, vamos lo mejor de España según las encuestas. Ahora doy paso,
voy a contarles mi relación con ellos. Habrán leído en algún relato que,
compartí muchos años mi vida con mi ex pareja de nacionalidad francesa. Cuando
por motivos personales decido separarme, volviendo a mi país ilusionada. Aquí
tenia parte de mi familia instalándome de nuevo en esta maravillosa ciudad. De
una salud delicada desde mi infancia; la primera vez que voy a visitar al
médico dándole mi currículo de patologías pasadas. Ante todo, le comento que
era alérgica a la aspirina, la penicilina, más una intolerancia a la lactosa…
En ese primer contacto con mi nuevo medico, iba con una otitis acompañada de
fiebre, me receta la medicación pasando de inmediato a la farmacia. Era un
antibiótico, nada más ver la caja le comento a la farmacéutica... contiene
penicilina, me contesta que efectivamente tiene. De nuevo vuelta a ver el
médico pidiéndole una explicación. Con chulería me dice la penicilina de
hoy día, no se puede compar a la de antiguamente. La voy a enviar a que le
hagan las pruebas. Me hacen después las pruebas, efectivamente la alergia
seguía presente. Me vuelve a recetar un nuevo antibiótico y,como pueden
imaginar lo tomaba a la letra. Ya desde la primera toma empiezo a tener
descomposición, dolores abdominales, mareos, dolor de cabeza. Leo el prospecto,
para constatar con horror que contenía lactosa. Vuelta al médico, discusión y,
aburrida decido cambiar de médico. Esta vez era una doctora...Bueno, eso creía,
todo iba normalmente hasta que el año pasado a raíz de un episodio trombólico,
mas una fibrilación auricular, añadiendo algunos problemas más del corazón etc.
El cardiólogo que me atiende decide que tengo que tomar el (Sintrom)Un
medicamento anticoagulante para paliar algo más grave que, podría ocurrirme.
Vuelvo de nuevo con el parte al médico de cabecera; empiezan a darme a
pequeñas dosis del (Sintrom) Desde la primera toma empiezo de nuevo con ciertos
síntomas, entre ellos… fiebre. Se lo comento a la enfermera que me pinchaba el
dedo para ver la coagulación, ella muy amable me dice, espera un momento
que lo voy a comentar esto a la doctora. Llega la doctora junto a la enfermera
y, me dice secamente; esta medicación no provoca fiebre, seguro que estas
incubando algo. Pasan los días, yo cada vez peor. Nauseas, dolor de cabeza,
descomposición, problemas en la piel y un sinfín de cosas más. Se me ocurre de
nuevo leer el prospecto, no lo van a creer...contenía la susodicha lactosa y,
eso que en el ordenador estaba todo marcado.. Desgraciadamente para mi,
habian pasado dos meses en esta lamentable situación, hasta que llegaron los
problemas respiratorios, arritmias y, con los labios amoratados decido ir
urgentemente al médico. Voy al ambulatorio hecha un cromo, la doctora que me
solía atender se encontraba de vacaciones. Me atiende otra doctora, al verme se
fue a consultar no sé muy bien quien, volvió con una nueva receta de
(Pradaxa).Otro anticoagulante prácticamente nuevo. Ahora, paro de contar los problemas
para obtener la susodicha medicación, tenía que sellarla inspección médica: sin
contar que me encontraba en un estado de cansancio, de angustia tremenda. Nos
encontrábamos en que, había órdenes del gobierno central en que había que
recetar medicamentos genéricos, más baratos y, cuidado que no tengo nada en
contra de ellos, pero este valía considerablemente más. Aproveche con la
inspectora que me atendió y, puse una queja denunciando a mi doctora.
Cómo un medico, sabiendo mis alergias me recetan tal cosa; en definitiva hace
más de un año y, todo sigue igual, esto no fue a ninguna parte. Pero la
cosa no queda aquí.Me repongo del (Sintrom) tomando a cambio el (Pradaxa) y
poco a poco iba recuperándome. Llegó el mes de septiembre rápidamente. Vuelvo
de nuevo a recoger la medicación crónica, para mis patologías; los medicamentos
genéricos habían tomado el relevo a los anteriores. Y, vuelta con lo mismo;
nada más empezar a tomarlos, los mismos síntomas, para constatar que no había
uno, si no había tres genéricos que, contenían la dichosa lactosa.Confiada
que, aquello la hubiese hecho recapacitar en su error con lo ocurrido anteriormente.
Sentía impotencia, dolor y rabia. Vuelvo a su consulta pidiendo una explicación
muy enfadada; ella me contesta secamente que no tiene tiempo y,que no puede leer
cada medicamento que me receta, que lo consulte en la farmacia. En la farmacia
se quedan atónicos con la respuesta de la doctora. La dueña con mucha
amabilidad, conociéndome,sabiendo mis problemas anteriores se preocupo por medio del ordenador, en ver la composición de cada medicamento, pero
que no era su rol el hacerlo, lo hacían por lo ocurrido. Efectivamente así es,
ahora cada medicación nueva tengo que leerla de antes de tomarla, pues con el
(Sintrom) no me dio un paro cardiaco- respiratorio de milagro. Esta es mi
experiencia desgraciadamente con los médicos; me parece muy triste que se
jueguen la vida de esta manera con un paciente y, que se llegue a esto. No me
parece normal que un enfermo tenga que controlar lo que toma. Sin contar el
tiempo que se pierde, en coger cita, en que te atiendan. El dinero perdido,
claro no te van a cambiar la medicación por otra, esa medicación la reciclas.
Esta es la sanidad que tenemos, la atención de los médicos. Temo por el día de
mañana que con la edad que avanza ocurra lo inevitable. Y por ultimo
contarles, que padezco una espondilosis en la columna vertebral. De nuevo
consulta y, receta... para qué.Constato con impotencia que la susodicha
medicación contiene acido-acetilsalicico, es decir aspirina...No sé, será mala
suerte la mía: estoy decepcionada con el tratamiento dado a mi persona por
parte de los médicos en una cosa tan seria y ,más con problemas cardiacos y
respiratorios que padezco...Por supuesto que no soy la única; a mi alrededor se
comentan tantas cosas que te asustan...pero lo mío, ya les vale tanto cachondeo
señores médicos ¿
Mis saludos Marilo, lo que te sucede es semejante en mi pais. Falta de sensibilidad a las personas mayores de edad. Solo nos queda cuidarnos en la alimentacion y en la medicacion. Cuidate mucho y un abrazo.Federico
ResponderEliminarGaracias por el comentario.
ResponderEliminarCreo que, por todas partes es lo mismo. No hay amor al trabajo, somos números y no personas. Nos queda el optimismo de seguir luchando y cuidarnos efectivamente
Un saludo soleado en este otoño tan estupendo .