Quiero
cantarle a la vida, por las dichas concedidas. Viendo, como cada mañana amanece
el sol y, su atardecer sentada en la orilla de la playa. El rocío de cada mañana, observando el
espectáculo maravilloso que, ofrecen las flores de colores en mi jardín, embriagándome con su
olor. Por el canto de los pájaros, el murmullo del rio. Soñando siempre
despierta, con una dulce melodía. Por mis sueños concedidos; saboreando ese
regalo que la vida me concedió, tres hermosos hijos, a los que adoro con pasión.
Doy las gracias también por tener una familia; sin olvidar los amigos tan
importantes, que alumbran mis días. Me gusta estar siempre enamorada, bailar a
la luz de la luna; haciendo el amor bajo el manto de las estrellas. Sentir las
manos de mi amado, posadas en mi cintura. Su cuerpo contra el mío, sintiendo su
calor y, sus labios que me besan con pasión.
Me baño desnuda, en el ancho e inmenso mar; dejándome llevar por el ritmo de
las olas, luego dormir en las dunas en
los brazos de mi amado, arrullada y, sosegada por su canto. No hay un solo día
en que, no aprenda algo nuevo; dando importancia a las cosas, no por lo que valen, más
bien por lo que significan. Me encantan mis nietos; jugando con ellos al
escondite; siempre fue mi juego favorito; yo los sorprendo, ellos se ríen,
adoro su risa, es un canto hecho poesía. Doy gracias, a la madre naturaleza, al
infinito y ancho mar; el misterioso y, mágico universo, la luna plateada, las
estrellas que brillan. El sol que nos alumbra; alegrándonos con su resplandor
y, la madre naturaleza agradeciéndolo. Así crecen los arboles, las flores y, todo
ese resplandor, hace que sea tan bello, tan hermoso, lleno de color. También por la lluvia,
sin ella nada sería igual. Me gusta verla caer detrás de mis cristales; arropada
en mi sofá, viéndola cliquear en las hojas de los arboles. Todo esto que, me
hace tan feliz, dichosa; Si, por todo esto; quiero seguir cantándole a la
vida.
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