Llegando
a paso lento, el otoño está de nuevo aqui . La bruma y el viento fresco bajan de la
montaña; una vez más, el día y la noche son iguales. La naturaleza disminuye su
generosidad. Con el viento, las manzanas caen;
los arboles se despojan de sus hojas verdes y multicolores que, ruedan
con el viento como pétalos de rosas. El cielo se cubre de nubes grises, la
lluvia se anuncia y, algunas gotas empiezan a caer. Pero quedan días todavía agradables. A penas se oye el trinar
de los pájaros; respirando los olores de tierra húmeda, recordándome mi lejana
infancia junto a mis padres. Pronto encenderemos la chimenea y, seguiré soñando
en tantas cosas. En mi almohada sueño que, soy un pájaro volando al infinito.
El péndulo del reloj marcando las horas hace que vuelva a la realidad. La
madrugada está todavía oscura; me acurruco entre las sabanas de franela
calentita y, viajo con la mente al lugar de mis recientes vacaciones. El gato,
a mi lado ya ronronea, siente el frio y, el perro me observa en silencio. Ahora,
todo es silencio en la casa, una paz, un sosiego infinito me invade. Los nietos
empezaron la escuela y, solo los veré los domingos. Me gusta esta estación del
año, tendré más tiempo para mí misma; también para adentrarme en una buena
lectura, tomando una taza de café humeante, o escuchando jazz, recordando el
reciente festival en nuestra ciudad. Junto a mis amigas sentadas en la arena de
la playa; una caña en la mano al ritmo de la música. Repasare una y otra vez
los videos del verano; mis nietos disfrutando en el jardín junto a nuestro
guardián ladrando de felicidad. Mis vacaciones por la tierra de mis padres, las
cenas junto a mis amigas; charlando de nuestra juventud y, de nuestros primeros
amores, de la crisis actual de nuestro país. Con una copa de vino brindando por
nosotras, por esta amistad duradera y, verdadera. Pronto veremos la cadena de
los montes nevados en el horizonte.
Observare la inmensa madre naturaleza; encontrare en ese espacio recuerdos de
antaño.
Peine de los vientos |
Meditando y, respirando aire puro de la montaña; también el aire del
mar tan cercano. Tan esplendida en sus grandes mareas. Quedan todavía días
maravillosos con la reciente llegada del otoño; iré a recoger setas al monte y,
piñas secas para la chimenea. Observare la mar trepidante, plasmando en la
cámara de fotos esos instantes, donde la mar se desencadena en olas gigantes.
Los utensilios del jardín limpios, ya están recogidos para la próxima
primavera, música divina de nuestra madre naturaleza.
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