Mes de mayo; me encanta este mes en todos los sentidos.
Esta mañana decido darme un paseo por mi ciudad, cámara en la mano. Hace un día
esplendido y según voy paseando admiro los arboles en pleno apogeo; los pájaros
trinar en un alegre jolgorio, y un olor de flores trae el viento sur que sopla
en la ciudad transportándome hacia atrás, cuando llegaba el mes de mayo y en el
altar del colegio se ponían flores a la Virgen. Recorría los campos en busca de
margaritas, malvas silvestres, orquídeas, incluso me subía a los arboles y
cortaba unas cuantas magnolias; pidiéndole fervientemente a la Virgen que
curase a mi madre que padecía depresiones. Voy caminando por las tres playas admirando
la mar, me paro unos instantes para ver las olas golpear suavemente en las
rocas, de paso respiro profundamente, pensando en mi suerte de vivir en un
lugar tan esplendido. Cruzo el puente del Kursal hasta llegar a la Alameda; a estas horas solo pasan unos pocos transeúntes
y los camiones con mercancías. Cerca está el mercado y los vendedores de
verduras y flores se afanan en preparar sus puestos; la ciudad se despierta. Un
olor a café me llega de una cafetería; me siento en la terraza al sol, pido una taza de café con leche junto a un croissant. Qué
momento de placer, dejandome llevar por el momento presente, observo a mi
alrededor los pajarillos piando, unas migajas del croissant y se pelean con las
palomas por ello. Como estoy cerca de la playa, me dejo invadir por el olor de
salitre del mar, el cielo azul esta resplandeciente; me gustaría que el tiempo
se parase unos momentos. Me siento feliz
y a gusto conmigo misma; pienso que en esta misma terraza, hace casi 50 años me
encontraba junto a mis amigas de
infancia. Era el punto de nuestro encuentro, ¿mira donde vengo ¡ a
sentarme como antaño en el mismo lugar. Mientras tomo el desayuno, doy gracias
a la vida por todo lo que me ha aportado, lo bueno, lo malo también; sacando de
esas malas experiencias lo positivo para seguir luchando…. Pienso como todo ha
cambiado, incluyéndome a mí misma,
siempre me deje llevar por mis impulsos; hacia lo que dictaba el corazón, pero
a cambio cuantos desengaños. Hoy incluso queda todavía una parte de esa inocencia
en mí; es natural como la vida misma, a pesar de llevarme alguna que otra vez
una bronca de algún allegado. Hubo en mi vida resentimiento, rencor hacia a
propia vida que me causo tanto daño; hoy está perdonado, es parte del camino
trazado de los que pasamos efímeramente por el cauce de la vida; a cambio obtuve
ciertas compensaciones deliciosas. Me doy cuenta lo mucho que he aprendido, la
madurez te da tanta sensatez y sabiduría;
cuando eres joven, crees saberlo todo y al final no sabes nada. Hoy todavía sigo
aprendiendo y, a pesar de los años las ilusiones están intactas; sigo pensando
que la vida es bella. Instantes de
felicidad este mágico momento; llega la hora de preparar la comida, y
tranquilamente voy para casa, llena de paz y tranquilidad; hice muy bien en
salir esta mañana a pasear por la ciudad.
Marilo Dominguez.
17/05/2012.
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