Mis nietos, son la
primavera en el otoño de mi vida,
cambiando mis tristezas en derroche de alegrías. Hermosa realidad y
hermoso sueño el mío. Alegres y
espontáneos, curiosos de todo lo que ven a su alrededor, tanto que me llenan de
ternura y emoción. Cuando me dicen mami te quiero, esas palabras suenan a
música celestial. Tan diferentes y tan iguales a la hora de compartir conjuntamente
tanto amor, hay tal complicidad que mi corazón palpita vigorosamente .Entran en
mi alcoba, creen que duermo y ellos dulcemente me besan deseándome felices sueños ;les hago creer
que de pronto despierto y, me los como a besos; ellos se ríen, me
gusta cuando sonríen, es un canto , una poesía Saltan metiéndose en mi cama y
les cuento una bonita historia, me
observan con esos ojos inocentes que
me descuelgan de ternura; después se duermen una sonrisa en los labios, llevándolos a su
dormitorio en mis brazos. Su tierna edad
y mis 65 primaveras se igualan en este gozo, para fundirnos en un
grito alegre, en la sonrisa de la inocencia compartida. La niñez de mis nietos
es una dulce, suave carga sobre mis hombros que me sosiega al mirarme en sus
ojos claros. Dulce amor, sois el sol de
tantas alegrías; gracias por darme tanto amor; por las flores cada cumpleaños,
por los besos y abrazos, con ellos revivo
floreciendo aun mas mis días. Cuándo se despiden me abrazan tiernamente, yo sonrío para que no
estén tristes. Gracias a la vida por estos angelitos que Dios me concedió y,
con estos gratos recuerdos guardados dentro de mi corazón, es tanto lo
que me aportan en mi vida, que lloro de emoción. Por eso mis nietos, hoy
deseaba a mi vez, deciros cuanto los amo yo….
Marilo Dominguez.
04/04/2012.
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