miércoles, 29 de mayo de 2013

UN ROBO EN LA CIUDAD I PARTE...



Los truenos y relámpagos sonaban con fuerza, llovía a cantaros por la carretera que salía de Paris, dirección  “Jounville-le-Port” cerca del “Parc de Vincennes” (parque) que la llevaría a las afueras de la capital y que, la conduciría hacia el Hotel “Majestic” donde se alojaría Sophie por el momento. Durante el trayecto, observaba a través del retrovisor si, alguien la seguía.  Fue testigo de una brutal paliza contra su novio que le acompañaba en el barrio de “Pigalle”, una calle cerca de la calle “Saint Lazare”. Danny recibió esa misma mañana una llamada y del otro lado del teléfono le aconsejaban de estar a la hora dictada, su vida sino correría peligro. Danny fue un delincuente de poca monta; durante sus jóvenes años traficaba con coches y, hacia solo un par de días que había salido de la cárcel de “Fleury- Mérogis” en un suburbio al sur de Paris. ¡Como lo habían localizado tan pronto se pregunto! La policía lo acusó del atraco a un furgón con más de 30.000 millones de francos. Eran los años 70-80 y raro era la semana que no se cometiera un atraco contra un furgón blindado. Fue un atraco bien organizado, en pleno día, lo hicieron tan rápido como habían llegado, desapareciendo en un coche donde les esperaba un quinto individuo. Todos iban vestidos de paramilitares y bien armados, con pasamontañas, donde justo podía distinguirse los ojos. Dos agentes resultaron heridos graves, la policía sospechaba del clan llamado “Straus” pero Danny no era del clan se lo juro una y otra vez a Sophie. ¡Seguramente aquello fue una venganza, un soplo! ¡Una venganza de quien! Después de varios meses en la cárcel y de varias investigaciones,  no había ni un índice contra él. Nunca había estado en la cárcel, y aquello le hizo reflexionar sobre su vida si hubiese continuado. Después de conocer a Sophie se había enmendado. Ella le dio la estabilidad que nunca tuvo. Danny, era un joven, en la cual su niñez la había pasado en varios centros de adopción. Su padre en un ataque de alcoholismo acuchillo a su madre mortalmente cuando aún era muy niño. Fue un niño conflictivo, por ese motivo paso por varios centros de educación. Al llegar a la mayoría de edad se fue a cumplir su servicio militar obligatorio en el ejército del aire. Estuvo en el III regimiento de la infantería marina paracaidista de “Carcassonne” al sureste de Francia durante 14 meses. Allí aprendió lo que era disciplina. Para entonces conocía a Sophie, dejando la mala vida por ella, sus pequeñas trapicheos que no lo llevaban a ninguna parte, “sus amigos” y encontrando trabajo como mecánico. Sophie representaba todo lo que él nunca había tenido. Era dulce, cariñosa y estaban muy compenetrados. El fue un chico de la calle, sin rumbo alguno, hasta su casual encuentro con ella. Sophie iba en una moto “Vespa” y casi lo atropella. Muy seria, casi en lágrimas le pidió perdón, preocupándose si estaba bien. Al chocar con la moto se hizo un pequeño rasguño, nada grave. Sophie para hacerse perdonar le invito a tomar un café, el acepto a condición que sería él quien pagaba. Estaba subyugado por su belleza, su encanto personal. Él, el joven maleante, no se lo podía creer que se encontrase con una joven con semejante clase. A raíz de este encuentro fortuito, se vieron varias veces más. Ella le indico que era periodista, que su familia era de Burdeos. Su trabajo le apasionaba, desde muy joven sabía que era lo suyo. Danny le conto su triste infancia, ella lo escucho hasta el final. Lo principal le dijo Sophie,  era si estaba dispuesto a cambiar. Casi sin darse cuenta se enamoro de ella y, antes de ir a cumplir el servicio militar le declaro su amor. Tenia miedo no ser correspondido, por su pasado y toda su vida arrastrando la tragedia. Sophie emocionaba le contesto que ya era hora de que se declararse, ella estaba enamoradísima del. Esperaría sin duda alguna su regreso, e iría preparando el piso de ella, para acomodarlo en sus nuevas vidas. Después de acabar su periodo en el ejército se casarían, hasta lo ocurrido con el robo del furgón, la mala racha le perseguía y esto  nada tenía que ver con él. Cuando se acercaban a la cita, Danny le aconsejo a Sophie de quedarse a cierta distancia, temía que algo pasara y, le suplicaba de marcharse si aquello se ponía feo. Una vez en el callejón un coche, luces apagadas, Sophie desde una distancia y con unos prismáticos reconoció al hombre que daba las órdenes.

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