II
PARTE.
Claire
le contesto que se hospedaba en el camping de “Souston” ¡Que coincidencia! La casa
de sus padres se encontraba apenas a dos kilómetros del camping. Charles se
encontraba de permiso unos días. Estaba casi terminando el servicio militar en
la marina nacional, exactamente en “Toulon” situado en el mediterráneo al otro
extremo en el sudeste de Francia. Al despedirse el impulso fue instantáneo y
con un beso tierno se despidieron hasta la mañana siguiente. Quedaron al
amanecer, desayunaron juntos en el bar del camping y tomaron rumbo al bosque. Deseaba mostrarle lo que
tanto amaba, aquellos bosques espectaculares de la región. Disfrutaron aquellos
grandes espacios en bicicleta; alquilaron dos por un precio módico llevándola entre
los pinos, observando la flora, aves en
el inmenso cielo, incluso varias ardillas en lo alto de los pinos. Se
encontraba ante uno de los bosques más
importantes de Europa. Se llevaron bocadillos y agua para beber, pasando un día
respirando la belleza del bosque. Llegaron al atardecer relajados de ese paseo
grandioso; una vez que devolvieron las
bicicletas se fueron hasta el camping cogidos de la mano.Al siguiente día tomaron la decisión y fueron del
otro lado del mar atlántico, pasaron un día relajante en las playas landesas, encontrándose
en contacto con el rocío del mar. Charles la observaba discretamente; su
belleza perturbaba su mente enamorado¡se
estaba enamorando locamente! Claire era alegre, con una sonrisa siempre en los
labios, dulce, espontanea y una joven muy natural. Su melena morena suelta al
capricho del aire del mar. Se tumbaron en las dunas; Claire le pidió que le
pasase crema contra los rayos del sol en la espalda. Al contacto de sus manos
Claire se estremecía, tratando de disimularlo. Nunca sintió por otro hombre
tantas emociones; sus ojos a la luz del sol chispeaban y su corazón latía a un
ritmo acelerado. Podía sentir los latidos en sus sienes. Unos días más tarde día
de nuevo en su compañía, la llevo en su todo terreno al lago mayor de “Souston”
El lago invitaba a soñadores y pescadores; compartiendo juegos acuáticos, vela
remo y otros deportes más. Descubría que aquella región era una tierra de
contrastes; desde el litoral hasta los montes, pasando por desfiladeros,
cuevas, museos y sobre todo degustando la gastronomía local. Viendo las
diferentes ciudades o pueblos con tantísimo patrimonio cultural. Charles le
explicaba que la costa se extendía a lo largo de 230 km entre la desembocadura
del río “Adour” al sur (cerca de Bayona) y el estuario del río la “Garonne”, en
el norte, y se distinguía en tres grandes áreas: la línea de playa de
arena, donde se encuentra la banda o cordón de dunas marítimas; la llanura o
planicie arenosa conocida como arenas de las Landas de “Gascogne”, donde se
presentan dunas generalmente parabólicas, y que se encuentra cubierta de un
extenso bosque marítimo. El denso bosque marítimo, considerado la más extensa
masa forestal litoral de Europa y que, protegido por el Estado ocupa el Parque Natural
de las Landas de Gascogne. ¡Charles era un joven apasionado, culto y muy
orgulloso de ser su acompañante mostrándole los diversos lugares que, conocía a
la perfección!; cada vez que se despedían los besos eran más apasionados. Las
tres semanas pasaron rápidamente y Claire temía de nuevo volver a Paris; estaba
enamorada de Charles, de la maravillosa región
de las Landas y su entorno que, le habían conquistado su corazón y su amor
naciente hacia Charles. La última noche salieron por última vez, los dos
estaban emocionados y tristes de esa despedida; al día siguiente Claire tendría
que volver para retomar de nuevo su trabajo. Se acercaron hacia el lago cerca
de la casa donde vivía Charles; sentándose en la hierba húmeda se abrazaron besándose con ternura.
Ella le acaricio su pelo, su torso, de otro lado no le soltaba la mano. Charles
tímidamente saco una cajita; mirándola fijamente presentándole un anillo de compromiso le pidió
su mano.
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