Ayer domingo estaba
viendo en televisión “El club de la comedia” Basado en monólogos basados sobre
la vida cotidiana y todo lo que nos rodea, contado con mucho humor, incluso con
ironía. Uno de esos monólogos me llamo mucho la atención. El tema “La relación entre
vecinos” Estaba por supuesto contado con tantísimo humor, me identificaba totalmente
con el monologo; pero es una mera realidad tan triste. Es verdad que todo ha
cambiado mucho… Hoy, por desgracia a ¿quién le importa el vecino? Si tú vives a cien por hora y no tienes tan
siquiera tiempo para ti misma. Llevo varios años viviendo en la misma urbanización,
ni tan siquiera conozco a mis vecinos, salvo la vecina de al lado de mi puerta
que es un encanto de mujer. Te cruzas en las escaleras y saludo, ellos apenas te saludan y, los
pocos que te saludan cuando pasas por la calle te ignoran. Luego está la reunión anual
de junta de vecinos ¿qué ironía? Te dicen hola amablemente como si te
conociesen perfectamente, una vez terminado… ¿hasta el año que viene el próximo saludo? Antes
nos conocíamos todos: de niños jugábamos en el barrio; de vez en cuando alguna
vecina pedía un poco de sal a mi madre,
al mismo tiempo le invitaba a un café. Estoy de acuerdo que antes muchos metían
las narices en tu casa, para saber lo que se cocía en casa y contar a tus
espaldas los dimes y diretes. Pero es que hemos pasado de un extremo al otro en
unos años. Hoy, fallece alguien y no te enteras; a menudo veo la ambulancia
cerca de mi portal, no sé el motivo, tampoco quien es. Hay personas mayores que
viven solas, casi nadie se preocupa de ellos. Sin ir más lejos, un día en el
piso de arriba había una señora mayor que se le iba la cabeza: la encontré en
el suelo no hace tanto tiempo. Llamamos a la hija por teléfono para enterarnos
que en realidad padecía de alzhéimer y la hija la metió en una residencia. Ella
no podía hacerse cargo debido a las secuelas que le dejaron un accidente. En
realidad a mí tampoco me gusta meterme en la vida de nadie y viceversa; pero
tener algo de cortesía y ser amable ¿cuesta tan poco? Cada vez la gente es más
desconfiada, más fría, introvertida y sobre todo individualista. Mi opinión,
hemos mejorado nuestra calidad de vida, a cambio hemos perdido todo en el
camino. ¿Mira? Cada vez que voy en autobús constato lo siguiente: me subo y
saludo siempre al chofer, pues bien, rara es la vez que te contesta. Vas a una
tienda pasa exactamente lo mismo , si bien que me canso de saludar sin obtener
respuesta y, finalmente hago lo mismo que los demás.¿Fíjate hasta qué punto?,
desde que vivo aquí tan solo me saludan cuatro personas creándose una
estrecha amistad entre nosotras basado en el respeto ante todo. Es un placer hablar de
cualquier cosa, es tan importante las relaciones sociales en estos tiempos
revueltos y ser una piña entre vecinos; pero con los demás ya he decidido por
pasar de largo a pesar de vernos a diario. Esto es una urbanización a las
afueras de nuestra ciudad, para desplazarte queda el autobús. Muchos dejan los
hijos en el autocar que los lleva al colegio, luego se sientan en la cafetería de
la plaza: tú puedes pasar cincuenta veces y nadie se inmuta. Te encuentras con
las mismas y ni tan siquiera recibes un hola. Esto me desconcierta después de
haber vivido tantos años en Francia, donde todos me saludaban y viceversa cuando
una servidora iba en bicicleta a trabajar que, luego al volver de nuevo aquí me pareció
tan extraño que las personas se comporten de esta manera, lo peor es que una se
comporta finalmente como todo el mundo ¿Qué tristeza?
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