Tienda mora en Granada |
Hace unos años, al volver
de nuevo a mi País viaje por varios lugares desconocidos. Otro sueño que se
cumplió, deseaba tanto conocer lugares emblemáticos y, conocer más a fondo mis
raíces. Después de que pasaran muchos años desde mi niñez, volví varias veces a
Granada y por el resto del sur de España. Granada ya no era mis recuerdos
pasados, a pesar de ser una bellísima ciudad. Según subía la cuesta hacia el
Albaicín, todo había cambiado. Recordaba de niña subiendo hacia casa, los
artesanos a la puerta de los comercios, fabricando artesanías, botijos y
cantaros de barro, cestas de mimbre, trabajando el cobre. La ciudad en si no había
cambiado, si, la forma de vivir. Todo eso había desaparecido, en su lugar los
árabes han abierto sus tiendas llenas de color y de especias.Sus restaurantes
turcos, sus bares donde puedes cómodamente tomarte un té, acompañado de ricas
pastas. Pero en definitiva se ha perdido la esencia andaluza. Los restaurantes
de comida rápida, todo está seleccionado para el turista. Junto con mi amiga,
no hubo un solo bar donde podíamos pedir un vino dulce tan típico en otra época.
Es verdad que en Granada se mueve mucho el turismo extranjero por su Alhambra,
y todo está pensado para ellos. Ocurrió lo mismo que en mi último viaje a Paris,
me pareció triste y gris. Vuelvo a repetirlo<< no soy racista>>,
pero me asombro el cambio tan radical. En el tiempo transcurrido allí, no
encontramos para comer algo típico de allí.
Toledo |
Sin embargo Toledo me sorprendió agradablemente. Nos
acercamos en un puente de mayo junto a mi sobrina y mi gran amiga. Era uno de
mis sueños de niña Toledo, cargado de historia, de un rico patrimonio cultural
y arquitectónico. Fue realmente muy hermoso aquel viaje. Al pasear por sus
estrechas calles de adoquines, rememoraba la historia de nuestro País. ¿Pensaba?,
si estos muros y calles pudiesen contar todas las leyendas de esta ciudad
medieval. Patrimonio del UNESCO. Era hermoso, lleno de arte: rotonda de muchas
civilizaciones, pero fueron estas tres las que dejaron más huella, la mora, judía, cristiana. Conocida como la “Ciudad
Imperial” Situada en el margen derecho del
rio Tajo, en una colina de varios metros de altura. Los romanos dejaron
vestigios, algunos quedan todavia. La Catedral de Toledo de estilo gótico, una de las más bellas de España. El Alcázar,
hoy museo militar, fue una fortificación sobre rocas. Todo es arte por todos
lados, la arquitectura principal es estilo mudéjar. Tiene una sinagoga,
preciosa, una mezquita que, no pude visitar por obras y un sinfín de cosas bellísimas
para admirar, en un estado de conservación ejemplar. Aprovechamos el viaje,
para ir por Segovia y, ver su Acueducto Romano, sus calles recordaban mucho el
barrio judío de Toledo. Su Catedral muy hermosa, todo muy bien conservado
igualmente. En un restauran, comida típica de allí, los aluviones que, estaban
exquisitos y, cochinillo asado con un buen vino. Al contrario de Granada, los
restaurantes sirven comida tradicional por esas tierras, donde los platos de
caza son el plato fuerte y es excelente.¡ Seguramente uno de los viajes a través
de España que me sigue todavía impactando!
Dos veces hemos ido por esa hermosa ciudad, y la misma sensación de que estábamos
visitando una ciudad única. Al ir a Toledo, pasamos por la capital de Madrid.
Es una ciudad muy señorial, grandiosa: nos paseamos por lo típico de Madrid y,
puedo decir con sinceridad lo bella que es. El encanto de Madrid, ¿lo han
adivinado? El casco viejo, la plaza Mayor, la Gran Vía, sentadas en la terraza
de la plaza tomando una caña. Igualmente fuimos por indicación de un amigo a
comer cerca de la plaza Mayor, aquello fue un triunfo, degustando los platos típicos
de Madrid, en una taberna típica decorada como antiguamente. Al anochecer en la
plaza Santa Ana, ¡cenamos en una terraza, creíamos estar en el mismo Edén! El
paseo de Recoletos, sin olvidar el
precioso parque del Retiro, cerca del hotel donde nos hospedamos. ¿Y, cómo no,
no podía faltar el museo del Prado? También Barcelona, allí tengo una hermana
y, hace ya varias veces que he pasado unas vacaciones en la ciudad condal. Todo
allí es grandioso, excepcional. Una ciudad con tantísimas cosas que ver, me
quedo con la parte antigua de la ciudad. La Catedral del Mar, al opuesto de la
ciudad la Catedral de Gaudí, esta vez terminada por dentro y sorprendente su
arquitectura. Plaza de España, Plaza de Cataluña, el palacio de la música, las
Ramblas etc. Realmente una ciudad con mucha vida y, bullicio al igual que
Madrid. He visitado La Costa Mediterránea y, por supuesto aquí en el norte. Varias
regiones más, esta vez al interior.
Praga |
Mientras, un día la suerte se acerco tocando a mi puerta. Había ganado un viaje para
dos personas de 5 días a Praga (Republica Checa) Invite a mi gran amiga a esta
aventura extraordinaria. Aquello supero mis sueños, una ciudad maravillosa y
con un patrimonio artístico impresionante. ¡Nunca imagine tal belleza en un
país del este! pasando después por la ciudad balnearia de (Karlovy Vary) Uno de
los más famosos balnearios en la Republica Checa. Con una larga tradición
cultural, histórica. Muchos van para recuperar la salud o sus fuerzas síquicas,
olvidando en ese paraíso su vida cotidiana y recobrar la moral. Está situada en
un valle montañoso, con manantiales curativos, a su alrededor una verde y
hermosa naturaleza. Fuimos en avión vía Barcelona junto a mi gran amiga. Una
vez en el avión, con el sol se podía divisar a lo lejos allí abajo los
diferentes países pasados. Llegadas a Praga, con la suerte que había otras
personas que iban al mismo lugar y, con un guía español saboreamos
particularmente su gran riqueza arquitectónica, gótico, renacentista, barroco. La
Catedral de Praga, junto al castillo de Karlos V, una joya arquitectónica,
neogótica y decorada con un gran rosetón con escenas de la creación. El
esplendor de su interior, de tres naves con transepto, coro y capillas
laterales. Una espectacular bóveda gótica de nervaduras estrelladas, una obra
maestra. Según nos contaba el guía, tardaron varios siglos en terminarla. Su
ciudad antigua, paseando por el famoso puente Karlos, con estatuas a un lado y
de otro del puente que, han dado tanta fama en todo el mundo, lleno de pintores
ofreciéndote sus cuadros. Descubrí con ilusión una ciudad que jamás pensé que,
un día iría a visitarla. Al volver, ya
pensábamos que quizás que algún día volviésemos de nuevo. Quedaron
tantísimas cosas por ver por falta de tiempo. Pero he de decir que nos quedamos
mudas de semejante belleza, maravilladas del descubrimiento, el todo muy bien conservado.
Para llegar a otro sueño por fin realizado ¡Roma!, ¡pero lo dejare para de
nuevo contarlo en otro relato!
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