“Acuérdate
de conservar en los acontecimientos graves la mente serena “
Para
conseguir una relajación profunda: elija un lugar tranquilo, ventilado y en el
que no pueda entrar nadie de improviso. Respeto al ruido, si los sonidos son
familiares, bien conocidos, no hay problema porque conseguirá aislarse de
ellos.
Póngase
tumbado boca arriba, con los pies ligeramente separados, los brazos a lo largo
del tronco, las manos relajadas y la cabeza suelta, inclinándose de manera
natural. No ponga almohadones ni colchones debajo de su cuerpo.
La boca suelta, semiabierta, los ojos
semicerrados y la mente concentrada en relajar el cuerpo. Haga tres
respiraciones profundas y completas. Suspira profundamente
emitiendo un sonido de alivio en la medida en que expulsas el aire. Toma
conciencia del estado de relajación que te induce. Con
cada expiración imagina como se van y desaparecen todas las tensiones. Con cada inspiración imagina como te vas
llenando de paz y tranquilidad.
Cada
vez que saque el aire de sus pulmones afloje un músculo, hasta conseguir
relajar todos. Concéntrese entonces en lograr no sentir ninguna parte de su
cuerpo, como si su alma hubiera salido flotando de él. Con cada inspiración, imagina que entra en tus
pulmones entra una gran cantidad de energía que queda almacenada en tu plexo solar.
Al expirar imagina como esa energía fluye a grandes raudales por todas
las partes de tu cuerpo. (Puedes centrar esa energía en las zonas especialmente
tensas, débiles o enfermas de tu cuerpo).
Cuando
consiga todo lo anterior, sitúe su mente solamente en la respiración y trate de
lograrla cada vez más lenta y profunda. Si ya cree que ha conseguido dominar
totalmente su cuerpo deberá ahora guiar sus pensamientos, al principio
solamente observando las imágenes que acuden a su mente, sin analizarlas.
Ahora
es el momento de vaciar sus pensamientos, de que se haga el silencio en su
mente y que sus emociones no existan, ni siquiera las buenas Si ha conseguido
todo lo anterior, también conseguirá aislarse tanto del exterior que ya no
perciba sonido alguno y ni siquiera la luz entre en sus ojos. La oscuridad y el
silencio más absoluto llegarán en ese momento y si su experiencia es muy alta conseguirá
integrarse con el universo.
Extraído
del libro <La Relajación Anti Estrés> de P. Agusti.
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