Hace unos días comentaba en otro relato
la relación con mi médico. Creo que entre nosotros no pasa la corriente, no hay
afinidad alguna. Me pongo tensa a cada vez que tengo que ir la consulta. En mi
anterior relato comentaba la alergia que padezco con la lactosa. ¿Pero que
significa la intolerancia a la lactosa?
Esto se debe a una afección de las micro vellosidades intestinales
debida a que el organismo produce poca o ninguna cantidad de la enzima lactasa
que deriva en una imposibilidad de metabolización de la lactosa (el «azúcar de
la leche»). De esta forma, cuando la ausencia de lactasa impide al organismo
asimilar la lactosa, se produce un cuadro clínico representativo como manifestación
a esta incapacidad de responder adecuadamente a su presencia en el conducto
digestivo. La sintomatología a este padecimiento suele surgir tras la ingesta
de productos lácteos o alimentos que los contengan en su composición. Hay
cierta gama de fármacos que pueden dar como resultado un daño mucoso en el
tracto gastrointestinal. Dependiendo del nivel de deficiencia de lactasa y la
cantidad de alimento ingerido. También para mi desgracia en cierta medicación. La
magnitud y número de síntomas pueden variar de una persona a otra o, incluso,
en diferentes situaciones. Algunos síntomas son: Esto se convierte en algo
desagradable para una servidora (náuseas, retorcijones, distensión, diarrea y
flatulencia. Dolores de cabeza y por ultimo lo que les cuento más abajo) Erupciones
cutáneas…Debo decirles de paso que, somos una familia de alérgicos, una de mis
sobrinas padece la misma intolerancia que, una servidora. Ella a cambio tiene
la suerte de que la tratan los médicos franceses, por vivir allá. Pues bien
allá voy con lo ocurrido hace poco .Este verano después de llegar de unas
vacaciones maravillosas, voy al ambulatorio a recoger la medicación de los tratamientos
crónicos que padezco. Era el mes de septiembre. En el mostrador me atienden
amablemente y, me voy con mis recetas a la farmacia habitual. Al llegar a casa
con la bolsa de pastillas… de nuevo me habían cambiado a los genéricos, los
nuevos recortes de sanidad. Habitualmente soy una persona muy confiada y,
después de lo que ocurrió el año pensé que, esta historia estaba clasificada. ¿Error
de mi parte?…Bueno seré sincera no pensé en lo que me iba a deparar de nuevo.
Los nombres habían cambiado y me puse a marcar cada caja, según el principio
activo de cada medicamento-¿A los dos días?-empiezo a tomar los genéricos.
Llega el lunes y junto a mi amiga, vamos con los jubilados del barrio a
caminar. Efectivamente, ahora que estoy jubilada no voy a quedarme inactiva,
nos apuntamos igualmente para hacer gimnasia, excursiones y lo que haga falta.
Como les decía, el lunes nos fuimos a caminar, hacia un tiempo esplendido y
fuimos hasta el parque de < Aiete>. Este parque, es parte del palacio del
mismo nombre. Antigua residencia veraniega de Franco .El parque en si es una
maravilla, con árboles centenarios y unas vistas preciosas. Según íbamos
caminando me picaban los pies, pero seguimos adelante. Me puse calcetines con
las zapatillas deportivas. Una vez terminado el paseo cada cual para su casa
.Al llegar a la mía, lo primero que miro son los pies. Me quito los calcetines,
para constatar con horror el salpullido que en mis pies había. Desde el
tobillo, hasta la punta de los pies. Voy a la farmacia habitual y me dicen que,
quizá sea alérgica a los calcetines de fibra. ¿Venga tiro los calcetines de
fibra? convencida de que podría ser eso, comprándome varios pares de algodón. Se,
que a raíz de una sarcoidosis pulmonar hace unos años. Quedándome el sistema
inmunitario frágil, soy vulnerable a cualquier cosa. Prosigo, me aconseja la
farmacéutica de lavar los pies con jabón chimbo, pero que no me puede dar
ninguna crema, ósea lo tiene que ver el médico. Voy al ambulatorio para coger
cita, mi medico se encontraba ausente .Mi hermana me pasa una pomada que ella
usa para la eczema y sigo adelante. Apenas termino con el tratamiento que, dos
días después me salen unas llagas impresionantes en los dedos de los pies. En
mi mente se encendió la bombilla, no había leído los prospectos de los
medicamentos genéricos. Según lo iba leyendo el corazón se me aceleraba, entre
ellos había tres con lactosa. Sentía de nuevo impotencia, estaba muy enfadada y
pedí una cita con el médico. Pidiéndole explicaciones a cuenta de qué, otra vez
el cambio de medicación, enseñándole la receta de los tres genéricos. Me
contesto fríamente que, aparte del principio activo, desconoce lo que llevan .Ahí,
empecé a calentarme, diciéndole que no soy adivina y qué puedo saber de ello.
Me vio tan enfurecida que callo ¿Cómo? Un médico me dice tal cosa. ¿Cómo sabiendo
mi alergia? Me vuelve con lo mismo, le dije no tiene usted en cuenta para nada
mi salud, la repercusión que tiene. ¿Pensaran? Que lo lógico es que cambie de
medico. Lo intente el año pasado si, como lo oyen… Una mañana recibo una
llamada telefónica de otro médico, me citaba a las 12 del mediodía. Después de oír
la versión de los hechos, me dice que tiene el cupo lleno. Entonces... ¿Para qué
me hace venir? Contesto, se protegen entre ellos y soy persona <no grata>
Parece inverosímil esta historia, en vez de preocuparse más es igual. Puedo
decirles que he vivido más de treinta años en Francia. Para entonces no había ordenadores,
pero tu medico conocía el historial a fondo. Hoy, lo tienen en el ordenador y
ni se molestan. Para colmo final, uno de los medicamentos constato que, su
principio activo no coincidía con ninguno de los que tomo habitualmente. Abro
la caja para leerlo y constato que el susodicho medicamento es, para estados sicóticos,
trastorno bipolar etc.…Imaginasen que me lo tomo por inadvertencia, esto es
algo de locos. Voy de nuevo a intentar cambiar de médico, ¿ya les contare el
resultado?
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