jueves, 1 de noviembre de 2012

MI MÉDICO Y UNA SERVIDORA...



Hace unos días comentaba en otro relato la relación con mi médico. Creo que entre nosotros no pasa la corriente, no hay afinidad alguna. Me pongo tensa a cada vez que tengo que ir la consulta. En mi anterior relato comentaba la alergia que padezco con la lactosa. ¿Pero que significa la intolerancia a la lactosa? Esto se debe a una afección de las micro vellosidades intestinales debida a que el organismo produce poca o ninguna cantidad de la enzima lactasa que deriva en una imposibilidad de metabolización de la lactosa (el «azúcar de la leche»). De esta forma, cuando la ausencia de lactasa impide al organismo asimilar la lactosa, se produce un cuadro clínico representativo como manifestación a esta incapacidad de responder adecuadamente a su presencia en el conducto digestivo. La sintomatología a este padecimiento suele surgir tras la ingesta de productos lácteos o alimentos que los contengan en su composición. Hay cierta gama de fármacos que pueden dar como resultado un daño mucoso en el tracto gastrointestinal. Dependiendo del nivel de deficiencia de lactasa y la cantidad de alimento ingerido. También para mi desgracia en cierta medicación. La magnitud y número de síntomas pueden variar de una persona a otra o, incluso, en diferentes situaciones. Algunos síntomas son: Esto se convierte en algo desagradable para una servidora (náuseas, retorcijones, distensión, diarrea y flatulencia. Dolores de cabeza y por ultimo lo que les cuento más abajo) Erupciones cutáneas…Debo decirles de paso que, somos una familia de alérgicos, una de mis sobrinas padece la misma intolerancia que, una servidora. Ella a cambio tiene la suerte de que la tratan los médicos franceses, por vivir allá. Pues bien allá voy con lo ocurrido hace poco .Este verano después de llegar de unas vacaciones maravillosas, voy al ambulatorio a recoger la medicación de los tratamientos crónicos que padezco. Era el mes de septiembre. En el mostrador me atienden amablemente y, me voy con mis recetas a la farmacia habitual. Al llegar a casa con la bolsa de pastillas… de nuevo me habían cambiado a los genéricos, los nuevos recortes de sanidad. Habitualmente soy una persona muy confiada y, después de lo que ocurrió el año pensé que, esta historia estaba clasificada. ¿Error de mi parte?…Bueno seré sincera no pensé en lo que me iba a deparar de nuevo. Los nombres habían cambiado y me puse a marcar cada caja, según el principio activo de cada medicamento-¿A los dos días?-empiezo a tomar los genéricos. Llega el lunes y junto a mi amiga, vamos con los jubilados del barrio a caminar. Efectivamente, ahora que estoy jubilada no voy a quedarme inactiva, nos apuntamos igualmente para hacer gimnasia, excursiones y lo que haga falta. Como les decía, el lunes nos fuimos a caminar, hacia un tiempo esplendido y fuimos hasta el parque de < Aiete>. Este parque, es parte del palacio del mismo nombre. Antigua residencia veraniega de Franco .El parque en si es una maravilla, con árboles centenarios y unas vistas preciosas. Según íbamos caminando me picaban los pies, pero seguimos adelante. Me puse calcetines con las zapatillas deportivas. Una vez terminado el paseo cada cual para su casa .Al llegar a la mía, lo primero que miro son los pies. Me quito los calcetines, para constatar con horror el salpullido que en mis pies había. Desde el tobillo, hasta la punta de los pies. Voy a la farmacia habitual y me dicen que, quizá sea alérgica a los calcetines de fibra. ¿Venga tiro los calcetines de fibra? convencida de que podría ser eso, comprándome varios pares de algodón. Se, que a raíz de una sarcoidosis pulmonar hace unos años. Quedándome el sistema inmunitario frágil, soy vulnerable a cualquier cosa. Prosigo, me aconseja la farmacéutica de lavar los pies con jabón chimbo, pero que no me puede dar ninguna crema, ósea lo tiene que ver el médico. Voy al ambulatorio para coger cita, mi medico se encontraba ausente .Mi hermana me pasa una pomada que ella usa para la eczema y sigo adelante. Apenas termino con el tratamiento que, dos días después me salen unas llagas impresionantes en los dedos de los pies. En mi mente se encendió la bombilla, no había leído los prospectos de los medicamentos genéricos. Según lo iba leyendo el corazón se me aceleraba, entre ellos había tres con lactosa. Sentía de nuevo impotencia, estaba muy enfadada y pedí una cita con el médico. Pidiéndole explicaciones a cuenta de qué, otra vez el cambio de medicación, enseñándole la receta de los tres genéricos. Me contesto fríamente que, aparte del principio activo, desconoce lo que llevan .Ahí, empecé a calentarme, diciéndole que no soy adivina y qué puedo saber de ello. Me vio tan enfurecida que callo ¿Cómo? Un médico me dice tal cosa. ¿Cómo sabiendo mi alergia? Me vuelve con lo mismo, le dije no tiene usted en cuenta para nada mi salud, la repercusión que tiene. ¿Pensaran? Que lo lógico es que cambie de medico. Lo intente el año pasado si, como lo oyen… Una mañana recibo una llamada telefónica de otro médico, me citaba a las 12 del mediodía. Después de oír la versión de los hechos, me dice que tiene el cupo lleno. Entonces... ¿Para qué me hace venir? Contesto, se protegen entre ellos y soy persona <no grata> Parece inverosímil esta historia, en vez de preocuparse más es igual. Puedo decirles que he vivido más de treinta años en Francia. Para entonces no había ordenadores, pero tu medico conocía el historial a fondo. Hoy, lo tienen en el ordenador y ni se molestan. Para colmo final, uno de los medicamentos constato que, su principio activo no coincidía con ninguno de los que tomo habitualmente. Abro la caja para leerlo y constato que el susodicho medicamento es, para estados sicóticos, trastorno bipolar etc.…Imaginasen que me lo tomo por inadvertencia, esto es algo de locos. Voy de nuevo a intentar cambiar de médico, ¿ya les contare el resultado?     

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