Respiro el calor de tu cuerpo tan cerca de mí; te inclinas y me besas ofreciéndome una sonrisa que me enloquece. Mi rostro irradia la felicidad del momento y mi cuerpo de deseos. Bebo de tus labios con sabor a miel y a canela. Al despuntar la aurora; primer contacto transportándome hacia el cielo, me incitas a un dulce viaje, despegamos hacia el infinito. Recorro mis dedos por tu piel sedosa, tu mirada me cautiva, me enloquece, disipando las dudas que recorren por mi mente. Beso tus labios dulcemente; poso mi cabeza en tu torso desnudo; tiemblo de emoción al contacto. Me lanzo hacia ti en un deseo de consumir nuevamente; tu boca recorre mi cuerpo y el suave sonido de tu voz me llena de ternura. Cada encuentro, cada abrazo me atrae más hacia ti; en cada beso, en cada mirada, arrebatas mi corazón enamorado.
Marilo Dominguez.
22/05/2012.
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