Mi bella rosa,
nacida
en una lejana primavera,
un regalo inesperado,
caído del cielo,
alegrando mi vida
con tu presencia,
eres la flor de mi existencia.
Tus ojos claros,
miraban los míos,
reflejando en los míos,
el cariño sentido,
de suave piel perfumada,
cabellos rubios ondulado,
un ángel bello y delicado.
Tus dedos aferrándose los míos,
sintiendo tu calor con gusto,
escuchando tu risa alegre,
mi rosa de primavera,
que hoy todavía me emociono
recordando, aquélla lejana
primavera.
Marilo Dominguez.
20/05/2012.
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