martes, 15 de enero de 2013

LAS FLORES...



Las flores.

Las flores tienen ese poder mágico de hacernos sonreír, su fragancia nos envuelve y adornan con elegancia los rincones de nuestro hogar. Cada flor tiene en su poder un campo energético saludable. Recuerdo de niña con un ramillete de flores, de dulces y suaves colores. ¡Mi preferida, la rosa y, el clavel de mi Andalucía! Su aroma envuelve el aire; las ponía en un jarrón de barro, cerca de la ventana mirando hacia el sol. Junto a otras flores una explosión de colores: según iban pasando los días cortaba el tallo, cambiándolas el agua. Hasta que un buen día al despertarme mis flores se habían marchitado. Las flores son hermosas, incluso en el más oscuro rincón. Sin flores, nada es lo mismo: a parte del aroma, desprenden sentimientos. Una simple flor  te alegra el día y te dice tantas cosas. Según el color, así son los sentimientos: rojas, símbolo del amor y de las pasiones. Blancas,  la pureza, la inocencia: pero también amor puro y, así sucesivamente cada flor tiene su significado. Todas las flores cuentan con un lenguaje propio, y con cada una de ellas podemos transmitir un mensaje diferente. Desde la antigüedad, las flores han sido una vía para dar a conocer y transmitir sentimientos de muchas clases. El lenguaje de las flores tiene sus orígenes en Oriente y se ha transmitido de generación en generación y de cultura en cultura, pasando por el Antiguo Egipto, la Edad Media, el Renacimiento, etc. hasta llegar al Romanticismo, época en la que tuvo su máximo apogeo. Pero no sólo debemos tener en cuenta la flor en sí misma. También es importante la forma de presentar este obsequio, de forma que si regalamos un ramo de flores, el lazo nos indica a quien se refieren los sentimientos expresados en el ramo, es decir si el lazo está situado a la izquierda significa que los sentimientos expresados se refieren al remitente, mientras que si va a la derecha, hacen referencia al destinatario. Además, el mensaje cambia en función de la posición de la flor y de si está abierta o en botón. De esta manera, una flor con el tallo hacia arriba significa un gesto de maldad, de puñalada trapera. Por todo ello, las flores no se pueden regalar a la ligera, ya que hay que considerar tres aspectos: lo que representa cada una, qué es lo que queremos comunicar y cuál es la flor preferida de la persona a la que se la vamos a regalar. Al mismo tiempo, no debemos menospreciar la importancia que tiene el color de las flores, ya que estos pueden provocar ciertas actitudes y emociones que afectan a lo más profundo de la mente humana.



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