domingo, 21 de octubre de 2012

CARTA A MI AMIGA....



Hoy rindo un homenaje, a una de mis tres mejores  amigas. Suele haber un dicho que, las verdaderas amigas, puedes contarlas con una sola mano y, aun te sobran dedos. Conocidos… muchos que, te saludan, te llaman por teléfono, para descubrir después que te van criticando. Voy a contarles con la que primeramente conocí;  es decir, lo voy a comentar según las etapas de mi vida y, empezare por  la más antigua después de las amigas de infancia. Se llama Milagros. Hace de esto ya unos casi 30 años. Las otras dos que, forman parte de esta selecta amistad, lo contare en otro relato. Milagros era vecina y amiga de una de mis sobrinas. La chispa llego de inmediato, el cariño también. Según pasaba el tiempo, sabía que, podía contar con ella y viceversa. En aquella época, viviendo todavía en Francia; nos llamábamos por teléfono. A cada vez que llegaba a nuestra ciudad, era para visitarla y charlar de tantísimas cosas; no tanto como lo deseábamos, ella casada y en tramites posterior a nuestro encuentro llegando su divorcio. Su marido, digamos , no me apreciaba mucho, aunque en realidad pienso de que eran celos .Entre nosotras se creó una gran amistad, llena de cariño mutuo, algo verdaderamente bello y hermoso. Nos contábamos nuestros secretos, ella no era tan impulsiva como yo, frenaba ciertas cosas con su carácter sereno y filosófico. La escuchaba atentamente, a cambio yo le aportaba otras cosas. Al separarse se fue a otra ciudad; yo seguía mi camino de espinas junto a mi ex marido. Nos escribíamos y, cuando llegaba de nuevo aquí la llamaba por teléfono. Después la vida tomo otro camino, ella cambio de la ciudad a un pueblo. Estaba apenada de no saber nada de ella, desconocía las señas; de esas cosas que lo vas dejando de lado, por haber tantos problemas de por medio. Me separe, viniéndome de nuevo a mi país; intentando localizarla, pasaron varios años de incertidumbre. Un buen día, sorpresa de la vida agradable, la sobrina en cuestión logro saber su número de teléfono; la llamo, ella no reconoció mi voz. Dios cuando le dije quien era se quedo muda, estaba tan emocionada, al igual que una servidora. Le falto tiempo, presentándose en casa previo aviso; nos fundimos en un abrazo. Tantas cosas habían pasado durante esos años, indicándome que, se había casado de nuevo. Pasamos la noche hablando de todo, emocionada la escuchaba atentamente; no me lo podía creer que, estábamos charlando como antaño. Nuestro encuentro fue emotivo; a raíz de este encuentro , vino varias veces a verme , siempre recibiéndola con la misma ilusión, el mismo agrado, la misma ternura .El tiempo juntas pasaba tan rápido que, casi no nos daba tiempo en seguir contándonos nuestras cositas. Nos llamamos por teléfono; ella es el hombro en el que me he apoyado estos últimos años. Sigue tan filosófica, no ha cambiado; frena mis impulsos, haciéndome comprender su punto de vista, cuando de paso surge algo que, daña mi alma. Por todo ello, mi amiga Milagros; estas líneas agradeciendo esa amistad maravillosa, ese cariño mutuo y, que a pesar de la distancia nunca se romperá. Sabes que te quiero muchísimo y, hoy lo digo a los cuatro vientos., para que se entere todo el mundo. Amiga; llegaste de nuevo en mi vida en el momento adecuado, gracias por tu sincera y leal amistad, donde solo hay palabras de ternura entre nosotras dos; por todo lo compartido, sabes que seguiré siendo tu amiga, hasta la eternidad.

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